La coordinadora en Guanajuato del movimiento ‘Abre mi escuela’, Rocío Rozada Martín, confió en que las condiciones sanitarias permitan el regreso a clases presenciales, aunque sea en un formato híbrido, pues subrayó la urgencia de comenzar a solventar las pérdidas que las niñas y niños han sufrido durante la pandemia.
En entrevista, explicó que la prueba piloto diseñada por la SEG, en conjunto con la Secretaría de Salud, permitirá encontrar la mejor forma de retornar a las aulas, minimizando el riesgo de contagio, aunque resaltó que es imposible que haya cero riesgos.
Además, indicó que el regreso deberá ser gradual, comenzando por aquellos colegios que por su infraestructura y ubicación sean más seguros, y a partir de ahí, replicar las buenas prácticas en las demás escuelas, ajustándolas al contexto de cada una de ellas.
“Ojalá podamos hacerlo lo más pronto responsable, lo más responsable, pero viendo sobre todo el bienestar de los niños de este país. Es una realidad, y está confirmado por Unicef, que hubiera sido mejor que los niños fueran dos horas a la semana a la escuela, y tuvieran un contacto de manera presencial con su maestro, a lo que hemos tenido hasta ahorita; las pérdidas que vamos a tener son muy grandes”, dijo.
La coordinadora estatal de ‘Abre mi escuela’ sostuvo también que hay condiciones favorables para pensar en que el retorno pueda darse a partir del próximo ciclo escolar, pues los maestros estarían vacunados y ya se tendría el aprendizaje obtenido por la prueba piloto.
Además, sostuvo que, de acuerdo con datos del INEGI, la pandemia se llevó consigo a cerca de 19 mil estudiantes que dejaron el sistema escolar, y de paso, recordó la importancia de la presencialidad en las clases.
“Los maestros van a tener que trabajar con esta parte híbrida de no tener a todos los alumnos al mismo tiempo, y sí estarles dejando algunas actividades para que puedan seguir en casa; lo que pasa es que no es lo mismo a que esto sucedía y el alumno no tenía ni oportunidad de tener una retroalimentación, enviaban y quizás le regresaban, pero no es lo mismo preguntarle al maestro, y en el salón hasta entre los mismos compañeros ellos se ayudan y se explican, ese es el gran valor que tiene la presencialidad, yo creo que es lo que más hemos ganado: valorar esa presencia del maestro, ese espacio de escuela en donde aprendemos a convivir”.