Ni se entregó ni lo detuvieron la tecnología y la inteligencio estatal; el ex policía preventivo Gustavo Hernández Escareño se presentó a comparecer ante el Ministerio Público en un aparente mal cálculo de él y su defensa, tras de que demandara Amparo contra una detención ministerial, y con lo que se encontró fue una orden de aprehensión, una orden judicial.
Los vericuetos y complicaciones de la legislación hicieron posible que mientras el acusado de dar muerte a la pequeña Lucía Elizabeth Muñoz, de seis años de edad y de intentar matar al padre de ella, Miguel Ángel Muñoz, fuera aprehendido este miércoles y fuera puesto a disposición del juez octavo de lo penal por los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio.
Hernández Escareño demandó un amparo contra una posible legal detención de agentes de la Procuraduría, confirmaron fuentes cercanas al caso, pero cuando acudió ante la autoridad lo que se encontró fue una orden emitida por otra autoridad, la judicial, y era precisamente la orden de aprehensión, contra la que no tenía recurso legal.