El feminicida caníbal confeso de Wendy Lizzet Ochoa (de 19 años), Jimmy Virgilio Villatoro, fue liberado por un juez federal pese a haber confesado que torturó, abusó y asesinó a la joven chiapaneca.
“El feminicida Jimmy Villatoro interpuso amparo en el año 2016 y este se fue a revisión, mismo que fue resuelto por el Tribunal Colegiado de Circuito del Vigésimo Circuito de Tuxtla Gutiérrez, derivado de una falta de debida integración en el expediente”.
Integrantes de la Red Colectiva Ciudadana para Prevenir Feminicidios exigieron que se garantice la certeza jurídica a la víctima, a su familia y a la ciudadanía.
Antes de que la asesinaran, Lizzet, de 19 años, denunció que Jimmy Virgilio la golpeaba y la amenazaba constantemente, por lo que pidió una orden de aprehensión que no fue atendida porque la fiscalía del Ministerio Público dijo que “no tenía tiempo para investigar los demás”.
Los servidores públicos privilegiaron la impunidad antes que cumplir sus obligaciones.
En su momento, la víctima declaró que Virgilio la sumergía en un tambo con agua, la rociaba con gasolina e intentaba quemarla. Nadie la ayudó.
Unos meses después, sus restos se encontraron esparcidos en diferentes puntos de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Luego de que fue capturado, con insensibilidad y sin arrepentimiento, Virgilio aceptó el crimen y narró cómo lo hizo.
Compró cuchillos y los afiló antes de asesinarla; preparó una cámara y grabó el asesinato. Después la descuartizó, esparció sus restos y se comió algunos de ellos. Ahora está libre con un amparo por errores en la integración del expediente.
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