Que a un bebé “se le caiga la mollera” es uno de los mitos más comunes que existen en México.
La fontanela o mollera es el hueco suave en la cabeza de los bebés, y de ella se dice que se puede caer por cargar mal a un niño, arrebatarle la mamila muy rápido mientras come o por un golpe.
Expertos en salud recomiendan a los papás que si observan algún cambio en la fontanela del bebé, como hundimiento, eviten llevarlo con curanderas, ya que lo único que puede provocar es un sangrado dentro de la cabeza y perjudicar la función de su cerebro.
De inmediato deben llevarlo al pediatra a fin de hacerle una valoración, pues podría tratarse de deshidratación o presión craneal.
Las fontanelas son las partes blandas que se ubican en la parte superior de la cabeza, son espacios entre los huesos del cráneo que, gracias a que no ha cerrado por completo, facilitan el paso del bebé por la vagina.
Una vez que se cierra la fontanela desaparece ese hoyito, pero mientras sucede, los médicos lo usan como indicador de que el bebé está sano y bien hidratado.
La fontanela más pequeña de la parte trasera de la cabeza suele cerrarse entre los dos y tres meses, mientras que la más grande, la cual se localiza en la frente, a menudo se cierra alrededor de los 18 meses.
/r
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