El nombre de Dios no debe ser usado “jamás” para justificar el odio y la violencia, señaló hoy el Papa Francisco en un discurso en la Nunciatura Apostólica de Nairobi, en su seguno día de visita a Kenya.
“Pienso aquí en la importancia de nuestra común convicción, según la cual el Dios a quien buscamos servir es un Dios de la paz. Su santo Nombre no debe ser usado jamás para justificar el odio y la violencia”, afirmó en un encuentro Ecuménico e Interreligioso con líderes de diferentes confesiones cristianas y otras tradiciones religiosas del país africano.
Francisco también recordó los atentados a la universidad kenyota de Garissa de abril pasado, al condado de Mandera de marzo y al centro comercial Westgate Mall de Nairobi de 2013, perpetrados por fundamentalistas islámicos y que provocaron decenas de muertos.
“Sé que está aún vivo en sus mentes el recuerdo de los bárbaros ataques al Westgate Mall, al Garissa University College y a Mandera”, indicó el papa en su discurso.
Dijo que “con demasiada frecuencia, se radicaliza a los jóvenes en nombre de la religión para sembrar la discordia y el miedo, y para desgarrar el tejido de nuestras sociedades”.
Por eso, añadió, “es muy importante que se nos reconozca como profetas de paz, constructores de paz que invitan a otros a vivir en paz, armonía y respeto mutuo”.
El papa también detacó la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso y recordó que siempre que visita a los fieles católicos de una Iglesia local se reúne con los líderes de otras comunidades cristianas y tradiciones religiosas.
“El diálogo ecuménico e interreligioso no es un lujo. No es algo añadido u opcional sino fundamental; algo que nuestro mundo, herido por conflictos y divisiones, necesita cada vez más”, sostuvo.
Aseveró que en las sociedades democráticas y pluralistas como la keniota, la cooperación entre los líderes religiosos y sus comunidades se convierte en un importante servicio al bien común.
“Desde esta perspectiva, y en un mundo cada vez más interdependiente, vemos siempre con mayor claridad la necesidad de una mutua comprensión interreligiosa, de amistad y colaboración para la defensa de la dignidad otorgada por Dios a cada persona y a cada pueblo, y el derecho que tienen de vivir en libertad y felicidad”.
Resaltó que al promover el respeto de esa dignidad y de esos derechos, las religiones juegan un papel esencial en la formación de las conciencias, infundiendo en los jóvenes los valores espirituales de sus respectivas tradiciones.
Francisco recordó que este año se celebra el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, en el que la Iglesia católica se ha comprometido con el diálogo ecuménico e interreligioso al servicio de la comprensión y la amistad.
“Deseo reafirmar este compromiso, que brota de nuestra convicción en la universalidad del amor de Dios y en la salvación que Él ofrece a todos. El mundo espera justamente que los creyentes trabajen junto con las personas de buena voluntad, para afrontar los numerosos problemas que afectan a la familia humana”, expresó.
Tras el encuentro interreligioso en la Nunciatira Apostólica, el pontífice se trasladó a la Universidad de Nairobi para celebrar una misa.
Durante la homilía Francisco hizo un llamado “especial” a los jóvenes para que “los grandes valores de la tradición africana, la sabiduría y la verdad de la Palabra de Dios, y el generoso idealismo de su juventud, los guíen en su esfuerzo por construir una sociedad que sea cada vez más justa, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana”.
Dijo que “en obediencia a la Palabra de Dios, también estamos llamados a oponernos a las prácticas que fomentan la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres, no cuidan a los ancianos y ponen en peligro la vida de los inocentes aún no nacidos”.
Señaló que el mundo tiene necesidad de los “dones de gracia” de la Eucaristía “cuando parece que estamos caminando ‘por el valle de las sombras de la muerte´”.
El papa inició la víspera una visita de seis días a Kenya, Uganda y la República Centroafricana en la que es su 11ª gira internacional y la primera por África.