Avicultores yucatecos han retomado el proyecto, a partir de 2016, del desarrollo de pavos ecológicos, los cuales buscarán comercializar en las fiestas decembrinas de este año en iglesias de Mérida.
En entrevista al referirse a la ruptura de esa tradición que por años se mantuvo en diversas parroquias meridanas, el representante de los productores y coordinador de la “Red de Comercio Justo, Comerciando como Hermanos”, Paolo Xiú, señaló que el grupo está integrado por unos seis o siete avicultores que buscan reanudar la venta de las aves en la época decembrina.
Recordó que la comercialización de los pavos se mantuvo por años en Mérida, pero diversos problemas y diferencias disolvieron el grupo que se encargaba del proyecto que ellos ahora quieren retomar.
Xiú, hombre de origen maya, explica que la cifra de productores involucrados es de unos siete, los cuales pertenecen a municipios del sur del estado de Yucatán, con vínculos a la Escuela de Agricultura Ecológica Uyits Ka´an de Maní.
La escuela, refiere el avicultor, es encabezada por el sacerdote Atilano Ceballos, quien la dirige y apoya los proyectos e iniciativas generadas por las personas de la zona, de alta densidad poblacional maya.
Además de Maní, los productores son oriundos de otros municipios de ese rumbo como Mama, Tzucacab y Peto, quienes comparten la visión orgánica de la crianza y venta de las aves.
Explicó que el proceso de alimentación de las aves es simple y sencillo, pues las “engordan” con maíz, yerba y restos de tortillas evitándoles el consumo de productos habituales en los animales que son comúnmente crecidos con el mismo propósito de ellos.
Lo que pasa, prosiguió, es que esos animalitos no consumen sustancias para precipitar su crecimiento, no se llenan de productos anabólicos que a la larga son perjudiciales ya no digamos para ellos, sino para los humanos que los comen y que están en riesgo de problemas asociados con el cáncer.
De esta manera, aseguró, la carne de los pavos ecológicos es más limpia, más segura para el consumo humano y además tiene un rico sabor.
El entrevistado agregó que el próximo año ya se pusieron la meta de criar y llegar a buena talla a unos 40 o 50 pavos ecológicos o “criollos” como él también les llama con el fin de traerlos a Mérida y entregarlos a clientes de esta ciudad para su “beneficio” como aquí es llamado su proceso de sacrificio y ser servidos en la cena de Noche Buena o en la de Año Nuevo.
Esto, expuso, es un proyecto bueno para la ecología, para los consumidores y también, por supuesto, para las familias de esos municipios que verán mejorada su economía en la época navideña de 2016.
Agregó que son ingresos superiores a la media, porque el pavo orgánico tiene otro estatus, pero además ven incrementadas sus ganancias al no tener que requerir de intermediarios que hagan la venta.
La venta de hecho, se ve beneficiada pues el producto conserva un buen precio por la ausencia de esos intermediarios, que ya no cobran su parte en la comercialización.
Agregó que, en tanto, los productores se disponen a traer y ofrecer en Mérida productos vegetales y hortalizas orgánicas, “sanas y limpias” a partir de las próximas semanas en el norte de Mérida.
Eso, abundó Xiú, ocurrirá en la parroquia de la Divina Misericordia en San Ramón Norte a partir de enero o febrero, cada martes.