León.- La extorsión y la pobreza extrema son condiciones que colocan a la niñez de Guanajuato en manos de grupos del crimen organizado, aseguró la directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), Tania Ramírez Hernández.
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La investigadora estuvo en León para presentar una serie de cuentos realizados para aterrizar entre niñas, niños y adolescentes temas complejos como lo son el fenómeno de las desapariciones, la discapacidad y el trabajo infantil en el campo.
En entrevista, Tania Ramírez reconoció que es preocupante cómo Guanajuato, a pesar de ser el séptimo estado con más menores de edad, es el primer lugar en homicidios de niñas, niños y adolescentes desde hace algunos años, muchos de ellos asesinados con armas de fuego.
Esto obedece a la irrupción cada vez más fuerte de la delincuencia organizada en la entidad, según explicó.
“Es algo nacional, pero en Guanajuato se ha visto en una escalada en los últimos años cómo la irrupción de grupos del crimen organizado no está operando solamente con personas adultas, sino también con adolescentes y por lo que hemos detectado en Guanajuato y en otros estados, también desde muy tempranas edades, 10 u 11 años”, dijo.
La directora de la REDIM subrayó también que las niñas, niños y adolescentes son vulnerables a ser reclutados por grupos delincuenciales no solo por la llamada ‘narcocultura’, sino también por la pobreza en que viven muchos de ellos o porque son extorsionados para hacerlo.
“No es un reclutamiento que se esté dando únicamente por el efecto del estado aspiracional en el que la narcocultura puede haber crecido en el país, sino lo que hemos observado es que hay auténticas historias de extorsión, una muy profunda pobreza y que son esas condiciones las que los están poniendo en las manos de estos grupos delincuenciales”, dijo.
Puso como ejemplo el testimonio de una adolescente que vio cómo su mamá fue asesinada por integrantes de un grupo del crimen organizado; el hecho quedó impune y por ello decidió unirse a las filas del cártel rival para tomar venganza.
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En este contexto, Tania Ramírez sostuvo que no hace falta endurecer las penas contra quienes asesinan a niñas, niños y adolescentes, sino aplicar las ya vigentes, así como erradicar las condiciones de pobreza y la impunidad que permite que este fenómeno siga creciendo en México.
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