El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, defendió hoy la gestión realizada hasta el momento por el gobierno y descartÓ un posible cierre de fronteras por la crisis migratoría.
En un encuentro con periodistas extranjeros celebrado este martes en Berlín, el ministro insistió en que cerrar las fronteras no serviría para “solucionar el problema” y apostó por implementar otras medidas de carácter político, en su opinión, más efectivas.
Ello ante la exigencia de las filas del partido Unión Demócrata Cristina de la canciller federal Ángela Merkel de un cambio de rumbo en las políticas de refugiados, a fin de frenar la entrada de solicitantes de asilo al país.
“Es un deber de los políticos aclarar que la solución a la crisis migratoria no llegará de un día para otro y por la dinámica que en la actualidad tiene este movimiento de refugiados, puedo garantizar que la solución a esta crisis no pasa por el cierre de fronteras”, dijo Steinmeier.
A su entender, la gestión efectiva de la ola migratoria necesita de acuerdos de carácter nacional, internacional, europeo y también de compromisos bilaterales además de mucha perseverancia en los próximos dos o tres años.
“No se puede confiar en quien dice que la crisis migratoria se solucionará con el cierre de fronteras, se necesitan implementar muchas medidas y no se solucionará antes de las próximas elecciones regionales o del congreso de un determinado partido”, alegó.
En este sentido, citó los acuerdos con Turquía, los alcanzados en el ámbito de la Unión Europea y los recientes cambios legislativos convenidos en Alemania como el camino a seguir en el futuro.
Asimismo, resaltó la importancia de negociar compromisos con Estados vecinos de países que, como Siria, están desde hace años en guerra.
A este respecto, Steinmeier citó las interesantes conversaciones que en la actualidad se están manteniendo en Bruselas con Jordania, un país que, recordó el ministro alemán, entiende que la solución de la crisis no es sólo cuestión de dinero.
“Desde Jordania apuntan que se trata también de buscar soluciones políticas y proponen dar trabajo a refugiados sirios siempre que la Unión Europea garantice que después comprará los productos que ellos elaboran. Esta es una perspectiva interesante”, destacó.
A la espera de que se cierren compromisos, Steinmeier no ocultó su descontento con las autoridades europeas en la gestión de la crisis de refugiados.
Berlín, aclaró, no sólo está molesto por las negociaciones respecto al reparto de los refugiados, sino también en lo que a la puesta en marcha de los denominados hot-spots se refiere, los centros en Italia y Grecia en los que los refugiados deberán registrarse al entrar en Europa.
Este martes, en declaraciones al diario Süddeutsche Zeitung, el comisario europeo Dimitris Avramopoulos aseguró que estos centros empezarán a operar dentro de cuatro semanas.
Respecto a la relación actual entre Alemania y Polonia, en un momento en el que la Comisión Europea ha abierto un procedimiento por las controvertidas reformas impulsadas por el gobierno ultraconservador y cuando se ha citado a consultas al embajador alemán, Steinmeier quiso quitar hierro al asunto asegurando que no hay fisuras entre Varsovia y Berlín.
“No hay malas relaciones entre Alemania y Polonia y me esforzaré para que no las haya, porque estamos unidos desde hace muchos años por la tragedia y no queremos que todo lo logrado hasta ahora se vea perjudicado”, recalcó.