Argentina.- En su investidura, Javier Milei, presidente de Argentina, anunció un drástico recorte de 20 mil millones en el sector público.
En un discurso sin concesiones, Milei advirtió sobre la inevitabilidad del ajuste económico y la falta de recursos. El panorama pintado fue tan duro, que incluso sus seguidores enmudecieron ante la magnitud del desafío.
Rompiendo con la tradición, Milei optó por hablar desde la escalinata del Congreso, alejándose de la casta política y acercándose al pueblo que lo eligió. El presidente ultraderechista, rodeado de líderes afines como Viktor Orbán y Jair Bolsonaro, delineó la crítica situación económica heredada y su plan de reconstrucción.
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Con cifras oficiales mostrando una economía en crisis, Milei alertó sobre una inflación del 15.000 por ciento anual y el espectro de la hiperinflación. Su receta incluye un recorte del 5 por ciento del PIB y la eliminación de subsidios al transporte y servicios públicos.
El desafío, según Milei, es inevitable, y la única solución es abrirse al mercado.
Aunque cuenta con un sólido respaldo del 56 por ciento de la población, el presidente deberá negociar en un Congreso donde su partido, La Libertad Avanza, tiene una representación limitada.
La polarización en Argentina se refleja en la esperanza de unos ciudadanos y el temor de otros, ante posibles privatizaciones y políticas promercado.
En un país acostumbrado a resistir medidas impopulares, el gobierno advierte que responderá con mano dura a protestas violentas. Patricia Bullrich liderará la seguridad, repitiendo su papel bajo la presidencia de Macri. Milei, el primer presidente economista de Argentina, se enfrenta a cuatro años de desafíos monumentales.
/LT
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