México.- A un año del lanzamiento de ChatGPT, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta clave para trabajar, estudiar, buscar información y entretenerse. Sin embargo, surge la pregunta: ¿puede volverse adictiva?
Los expertos en adicciones tecnológicas advierten sobre los riesgos de la hiperconectividad, especialmente con tecnologías como los chatbots.
La psicóloga Gabriela Paoli, especialista en adicciones tecnológicas, señala que el uso excesivo de la tecnología ya ha generado problemas como la “nomofobia” (pánico a no estar conectado), el “tecnoestrés” y el “FOMO” (miedo a perderse algo).
Estas condiciones se manifiestan con síntomas como ansiedad, angustia y necesidad compulsiva de estar conectado. Con la llegada de los chatbots, como ChatGPT, Google Bard o Replika, la interacción humana con estas máquinas ha aumentado, ya que ofrecen respuestas rápidas y personalizadas, e incluso pueden interpretar el tono emocional del usuario.
Paoli advierte que los más vulnerables a una posible adicción son adolescentes y jóvenes, quienes, en pleno desarrollo emocional y social, pueden recurrir a los chatbots como un refugio para evitar la incertidumbre y la frustración de la vida real.
¿Adicción a la inteligencia artificial?
Conversar con un chatbot puede parecer más fácil y cómodo que hacerlo con amigos o familiares, pero puede agravar el aislamiento y la soledad.
La soledad no deseada, un fenómeno que solía afectar más a las personas mayores, ahora también es común entre los jóvenes. Los chatbots, vistos por algunos como “antídotos” contra la soledad, podrían en realidad intensificar este problema.
Paoli sugiere que, aunque la IA tiene beneficios, también puede presentar peligros si no se usa de forma consciente y equilibrada. Es crucial controlar el tiempo de interacción con estas tecnologías para evitar una posible adicción.
Para evitar esta dependencia, es importante que los usuarios se cuestionen el propósito del uso de los chatbots y mantengan límites claros en el tiempo de conexión.
Sin un control adecuado, el uso excesivo de estas herramientas puede llevar a una desconexión social más profunda.
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Con información de EFE
SZ/
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