Guanajuato.- El hallazgo de uno de los mayores campos de exterminio del crimen organizado en Jalisco ha sacudido al país, no solo por la magnitud del sitio, sino por la localización de indicios que podrían pertenecer a Eduardo Lerma Nito, un joven guanajuatense de Cortazar desaparecido en febrero de 2024.
Eduardo Lerma: el rastro de un desaparecido
Eduardo Lerma Nito, originario de Cortázar, Guanajuato, desapareció el 26 de febrero de 2024 en Lagos de Moreno, Jalisco. El joven, de 20 años, trabajaba en la empresa Farmacias Guadalajara y fue visto por última vez en San Juan de los Lagos, donde había sido transferido a una nueva sucursal. Su ausencia se reportó cuando no se presentó a trabajar el 28 de febrero, lo que llevó a su familia a denunciar su desaparición ante la Fiscalía de Jalisco.

Durante el operativo en el rancho de Teuchitlán, donde se encontraron hornos clandestinos utilizados para la cremación de cuerpos, las autoridades hallaron una carta firmada por Eduardo Lerma Nito. En el escrito, el joven dejó un mensaje desgarrador: “Mi amor, si un día ya no regreso, solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo y digas que se fue mi enojón, berrinchón y celoso”.

Además de la carta, se localizaron múltiples objetos personales, incluyendo ropa, maletas y más de 400 pares de zapatos, lo que indica la presencia de numerosas víctimas en el sitio.
El horror de los campos de exterminio en Jalisco
El Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, en coordinación con autoridades y la Guardia Nacional, descubrió tres fosas crematorias en el predio. Los hallazgos incluyen restos humanos calcinados, fragmentos de cráneos, dientes y decenas de objetos personales.

Se presume que al menos 200 personas fueron asesinadas en este sitio, utilizado no solo para exterminar víctimas, sino también como centro de reclutamiento forzado. Investigaciones apuntan a que las víctimas podrían haber sido atraídas mediante falsas ofertas de trabajo.
Las autoridades habían inspeccionado previamente el lugar sin encontrar pruebas contundentes, pero fue en esta segunda incursión, con la participación de colectivos de búsqueda, que se reveló la magnitud del horror. Actualmente, se siguen realizando excavaciones y peritajes para identificar a las víctimas y determinar el alcance real de este crimen.

El caso de Eduardo Lerma Nito se suma a la larga lista de desapariciones que han marcado a la región del Bajío y Jalisco. Su familia, al igual que muchas otras, exige justicia y respuestas claras sobre su paradero y lo ocurrido en este campo de exterminio. Las investigaciones continúan.
Te puede interesar:
¿Cuántos menores están desaparecidos en Guanajuato?
Buscan dar atención tanatológica a personas con familiares desaparecidos en León
Célula Municipal de Búsqueda halla restos de 20 personas en León, 16 en fosas
/ED
Discussion about this post