Debido a la indiferencia de la madre, una cría de chimpancé recibe cuidados y atención de su madre sustituta Inés Baños Hernández, quien es cuidadora en un Parque de Conservación de Vida Silvestre de Puebla.
Con la pequeña cría en brazos, Inés relató cómo es el día a día con este ejemplar de sólo siete meses de edad que tuvo que ser separada de su progenitora porque ésta no le pudo dar leche ni los cuidados que requiere el pequeño animal.
Personal de Africam Safari, ubicado en Valsequillo, Puebla, narró que la mamá de esta pequeña cría era conocida en las playas de Cancún, Quintana Roo, como “La Coco”, una chimpancé que tomaba cerveza, fumaba cigarros y consumía papas fritas, debido al descuido del hombre que estaba a su cargo.
El animal convivía con el sujeto que la empleaba para tomarse fotos con los turistas y visitantes en Cancún, hasta que personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la rescató hace cerca de cuatro años.
Tras su liberación “La Coco” llegó al mencionado parque de conservación, donde el proceso de reintegración con más ejemplares de su especie no fue fácil, relató Baños Hernández, porque “no se crío con sus semejantes, sino con hombres”.
“Se hicieron varias tareas de reintegración, porque la tenía una persona que la cuidaba como humano y la alimentaba como tal, ella no tenía mucho espacio, ni habilidades, y mucho menos había convivido con un chimpancé”, explicó.
El acoplamiento de este animal, que entonces tenía 13 años de edad, con el resto de los chimpancés fue poco a poco tal como ocurre con las pequeñas crías, pues se asustaba al tener contacto con sus semejantes; incluso se enseñó a vocalizar igual que estos primates y hasta aprendió a treparse como ellos lo hacen.
La cuidadora informó que después de meses de trabajo por fin se logró la reintegración de la hembra y al cabo de un año tuvo su primera cría, misma que no atendió porque no le dio leche y mucho menos supo cómo cuidarla.
Ahora, con este segundo bebe de la chimpancé llamada “La Coco”, la jornada comienza a las 9:00 horas con el primer alimento. Se le da un biberón con leche de fórmula y su dieta se complementa con alimento sólido como medio plátano o media manzana hervida.
“Le damos de comer cada tres horas, me aseguro que esté bien en un alberge que se ha adecuado para su crianza, y debido al contacto estrecho que mantengo con él ya reconozco cuando tiene hambre o está enfermo”, manifestó.
Inés Baños lleva nueve años trabajando en este parque de conservación, principalmente en el área de mamíferos como lo son los chimpancés, por ello muestra amplio conocimiento para lidiar con el pequeño animal.
“Después de un año la cría deja de depender de la leche, esto nos permitirá hacer actividades para que se pueda reintegrarse poco a poco con el resto de sus semejantes”, indicó
“Una de las actividades es el contacto protegido, que con la ayuda de un vidrio el bebe chimpancé se va reconociendo entre los animales y aprende a vocalizar como éstos y de este modo lo ven como uno más de sus miembros”, mencionó.
Agregó que después de un tiempo “La Coco” dormirá junto a su retoño para que tengan un poco de contacto, incluso comenzarán tocándose la yema de los dedos, tal como lo hizo con su primera cría que ahora ya tiene tres años de edad.
“No se les asigna un nombre porque no son mascotas y responden muy bien ya que se acostumbran a mi tono de voz. Si algo he aprendido de los chimpancés es que, además de cariñosos y juguetones, son muy inteligentes e hiperactivos”, destacó.
Puntualizó que siempre hay que estar muy pendientes de ellos porque piensan un poco como los humanos, entonces “no podemos dejar un objeto cerca creyendo que no lo van agarrar, porque seguro lo harán”.