San Felipe, Guanajuato.- Los siete jóvenes masacrados en la plaza principal de San Bartolo de Berrios fueron sepultados en el panteón de la comunidad, mientras familiares y amigos clamaron justicia para que el caso no quede impune.
Minutos después del mediodía, el arzobispo de León, Jaime Calderón, dio el pésame a las familias y encabezó la misa de cuerpo presente.
“Yo les ruego (a los sacerdotes presentes) a ser opción verdadera por los adolescentes. Nos los están arrebatando, están muriendo y nosotros tenemos una responsabilidad con Dios y con ellos”, dijo el arzobispo.
Acompañados de mariachi y banda, uno a uno llegaron las carrozas a la parroquia de la Virgen de Guadalupe.
Miles de habitantes de San Bartolo acudieron a la iglesia, y muchos se quedaron fuera soportando el intenso sol, ya que el templo se llenó.
“Queremos justicia. Todos estos jóvenes son inocentes, no le hacían daño a nadie. Todos estudiaban o trabajaban. Es una injusticia y nos deben decir qué fue lo que pasó”, dijo María Ríos, tía de Ángel, una de las víctimas.
La alcaldesa de San Felipe, Sarai Lepe, acudió a la misa y, tras calificar la masacre como un acto terrorista, aseguró que no quedará impune y que ya trabaja con la Fiscalía de Guanajuato para dar con los responsables.
Los cuerpos de los siete jóvenes fueron sepultados en el panteón de la comunidad, en medio del llanto y la exigencia de justicia a las autoridades.
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