La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó hoy, en una sesión histórica a la que asistieron jefes de Estado, un documento que abre la vía para que los países despenalicen y regulen el consumo de drogas en sus legislaciones.
Con la asistencia del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y de Guatemala, Jimmy Morales, entre docenas de ministros y representantes de Estado, la sesión sobre las drogas de la Asamblea General (UNGASS) es la primera que se celebra sobre este tema en este organismo internacional desde 1998.
La sesión, propuesta por México, Colombia y Guatemala, comenzó este martes y concluye el próximo jueves, en ella participan representantes de Estado, e incluye docenas de eventos paralelos en los que se explorará la complejidad del fenómeno del consumo de drogas en el mundo.
El documento, que este martes fue adoptado de manera consensuada en la Asamblea General, contiene una variación significativa respecto del documento aprobado hace 18 años.
En lugar de una sociedad “libre de drogas”, el documento actual aspira a un mundo “libre de abuso de drogas”.
El texto permite una interpretación flexible de las tres convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que forman la base del marco legal del régimen de control sobre drogas en el mundo, que parte de la noción de la prohibición total tanto del consumo como del comercio de enervantes.
Según el organismo Open Society, el régimen actual tiene un costo anual en Estados Unidos de hasta 75 mil vidas humanas, así como de 14 mil millones de dólares en servicios de salud.
Asimismo, implica costos anuales de 40 mil millones de dólares en mantener la prohibición.
El nuevo enfoque, reflejado en el documento aprobado este martes en la ONU, así como en cambios en legislaciones de países como Portugal y Uruguay, y en cuatro estados de Estados Unidos donde la mariguana con usos recreativos es legal, representa una ruptura con la prohibición total.
En la inauguración, el presidente de la Asamblea General, Mogens Lykketoft, reconoció el impulso dado al tema por la sociedad civil, académicos y funcionarios, y destacó la importancia de que esta sesión sirva para abordar el fenómeno de manera “más efectiva y más humana”.
“Es el momento de evaluar el progreso alcanzado desde la última sesión, a fin de reflejar nuevos enfoques y abordar retos emergentes y en evolución”, asentó Lykketoft.
El vicesecretario general de la ONU, Jan Elliason, indicó que la meta final de las convenciones de este organismo sobre los regímenes de control de drogas es “garantizar la salud y el bienestar de la humanidad”, y que este objetivo debe equilibrar derechos humanos, desarrollo y seguridad.
“Debemos basar nuestras decisiones en investigación, datos y evidencia científica. Y no debemos temer a las nuevas ideas y enfoques, incluso cuando estos a veces desafíen las presunciones tradicionales”, expresó Elliason.
Destacó que la Carta de la ONU misma sitúa en el primer nivel de importancia la protección a los pueblos del mundo, y que por ello la comunidad internacional debía escucharse mutuamente y aprender de sus experiencias mutuas.
“Este documento final les ofrece (a los Estados miembros de la ONU) una buena base para tomar medidas concretas de avance tanto nacional como internacionalmente”, enfatizó Elliason.