Un anciano de 82 años se convirtió hoy en la novena víctima de la ola de frío polar que afecta a Italia desde hace tres días y que ha causado intensas nevadas, cierre de escuelas, carreteras y vías de ferrocarril, además de daños millonarios a la agricultura.
Según informaron los servicios de socorro, el anciano fue encontrado muerto en su casa sin calefacción en la localidad de Torre Santa Susanna, en la sureña provincia de Brindidsi.
Dijeron que el deceso habría sido causado por el frío, que desde el viernes pasado ha dejado nueve muertos, seis de ellos personas sin hogar, por lo que la protección civil, la Cruz Roja y voluntarios reparten por las noches alimentos y bebidas calientes o invitan a los “sin techo” a dormir en refugios.
En Roma el Papa Francisco ordenó dejar abiertos los dormitorios públicos del Vaticano las 24 horas del día y distribuir sacos para dormir o usar los vehículos de la Santa Sede a aquellos vagabundos que prefieren permanecer en las calles.
En tanto, el gobernador de la meridional región de Puglia, una de las más afectadas por la ola polar, Michele Emiliano, pidió el uso del ejército para liberar a carreteras y autopistas de metros de nieve acumulada.
En esa región y en la vecina Basilicata fueron interrumpidas las corridas de trenes hacia las localidades de Altamura, Gravina y Matera a causa de las nevadas, mientras también quedó suspendido el servicio de autobuses en varias zonas.
Este lunes, sin embargo, fueron reabiertos los aeropuertos de las ciudades de Pescara (centro) y Bari (sur), donde cientos de pasajeros quedaron varados por más de 48 horas.
En Puglia, en tanto, unas 100 personas fueron desembarcadas en la terminal aérea de Lamezia Terme ante la imposibilidad de su avión de aterrizar en Bari y quedaron atrapadas en un autobús en la carretera por más de 14 horas.
En varias regiones del sur las escuelas fueron cerradas, mientras fueron reportados daños millonarios a las cosechas.
Según la asociación de agricultores Coldiretti, miles de hectáreas de verduras quedaron quemadas por el hielo o dañadas bajo metros de nieve, al tiempo que cientos de cabezas de ganado murieron o se perdieron en los campos.
En la central región de Abruzzo los medios reportaron la muerte de decenas de tortugas marinas, aparentemente congeladas por las bajas temperaturas, que en la localidad de Amatrice -destruida por el terremoto que el pasado 24 de agosto causó unos 300 muertos- llegaron a -18 grados.
Según los expertos, se trata de una ola de frío siberiano que atraviesa Europa y que tenderá a atenuarse en los próximos días, aunque para mitad de mes se prevé otra ola polar luego de que en diciembre pasado se registraron temperaturas más altas del promedio para la temporada.
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