Las entidades federativas en México reprobaron en transparencia del gasto en salud, con una baja calificación promedio de 46.60 puntos de 100 posibles, de acuerdo con un nuevo indicador de la consultora Aregional.
Los resultados de su Índice de Transparencia del Gasto en Salud de las Entidades Federativas (ITGSEF) 2017 muestran que en los estados mexicanos hay falta de información útil, clara y oportuna en sus portales electrónicos en materia de recursos públicos en el sector salud.
La coordinadora de Transparencia de Aregional, Noemí García Carrillo, informó que sólo cinco estados tuvieron calificación aprobatoria, de entre 60 y 80 puntos: Jalisco (87.69 puntos), México (86.98), Tlaxcala (83.14), Nayarit (72.58) y Puebla (60.38 puntos).
Resaltó que sólo las tres primeras entidades (el 10 por ciento) superaron los 80 puntos, de las cuales Jalisco y estado de México muestran congruencia con los niveles de transparencia fiscal de las entidades alcanzados en los últimos años.
El caso de Tlaxcala llama la atención, porque el estado se ha colocado en los últimos lugares de transparencia fiscal en los indicadores de aregional, y la alta puntuación alcanzada en el ITGSEF evidencia la existencia de la información y el compromiso de las áreas de salud por cumplir con las normas de transparencia y acceso a la información, dijo.
En un nivel medio de transparencia (entre 50 y 60 puntos) están Morelos (58.16 puntos), San Luis Potosí (58.00), Ciudad de México (53.94), Hidalgo (53.63) y Baja California (50.25), expuso en rueda de prensa junto con la directora general de la firma, Flavia Rodríguez Torres.
En cambio, 22 estados (69 por ciento), entre ellos Guanajuato, se colocaron en el nivel bajo de transparencia del gasto en salud, con puntuaciones por debajo de los 50 puntos, y las últimas posiciones las ocuparon Guerrero con 12.25 puntos, Oaxaca con 15.08 y Chihuahua con 18.25 puntos.
El ITGSEF, realizado de enero de 2015 a julio de 2016, muestra que las mayores carencias en transparencia se detectaron en la información estadística e histórica de hasta cinco años atrás sobre el ejercicio del gasto en servicios personales, inventarios, compras y en los documentos dedicados a la planeación de los ingresos y gastos al arranque del año fiscal.
García Carrillo subrayó que la transparencia no es la panacea, por lo que un gobierno transparente no es necesariamente una administración con un buen desempeño financiero, sino uno que no tiene temor al escrutinio público y al que los ciudadanos libremente puedan vigilar y analizar su desempeño financiero.
Así, añadió, en estas circunstancias se puede esperar que en el mediano y largo plazos, una administración transparente en su desempeño financiero será más eficiente y eficaz en el manejo de los recursos públicos, como lo estimula la Constitución.
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