La primera visita de un funcionario chino de alto nivel al gobierno estadunidense ocurrirá este lunes y martes en la estancia que realizará en Washington Yang Jiechi, miembro del Consejo de Estado.
La agenda del excanciller chino coincide con el 45 aniversario de la primera visita de un presidente estadunidense al país asiático, hecha por Richard Nixon, cinco años antes del establecimiento formal de relaciones diplomáticas.
Y también con la prevista confirmación del Senado estadunidense del nominado por la administración Trump al cargo de secretario de Comercio, Wilbur Ross.
El Consejo de Estado agrupa a los 28 ministerios del gobierno chino, así como a la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar, el Banco Popular (central) y la Administración Nacional de Auditoria.
Se le considera la institución administrativa estatal de mayor jerarquía, aplica las normas dictadas por el legislador chino, ante el cual rinde cuentas, y lo preside el primer ministro.
Yang, nacido en 1950, tiene una larga carrera en el gobierno chino y conoce de cerca Estados Unidos.
Fue ministro de Relaciones Exteriores durante seis años, luego embajador de Beijing ante Washington por cinco años, aunque antes había ocupado el cargo de primer secretario de la embajada china en Estados Unidos por cuatro años.
En su curriculum también figura su cargo como viceministro para América Latina, Hongh Kong, Macao y Taiwán durante un bienio.
Para Jia Xiudong, del Instituto Chino de Asuntos Internacionales, el eje de la agenda de Yang será reafirmar el tono de los nexos bilaterales fijados por los presidentes Xi Jinping y Donald Trump en su conversación telefónica de inicios de mes.
Previo a esta visita hubo otro acercamiento a cargo de los canciller chino y estadunidense Wang Yi y Rex Tillerson, respectivamente, quienes conversaron en una reunión preparatoria de la cumbre de los Grupo de los 20 (G20).
Se estima que en esa cita, en julio en la ciudad alemana de Hamburgo, los líderes políticos de las dos principales economías mundiales tendrán su primer encuentro cara a cara.
En ese marco, la presencia de Yang en Washington será una de las etapas preparatorias de ese encuentro.
Una conversación personal entre Trump y Xi es esencial para fijar el tono y la dirección de su relación y nuevas vías de comunicación, dijo este fin de semana Yuan Peng, vicepresidente del Instituto chino de Relaciones Contemporáneas Internacionales.
Se trata de comenzar a trabajar juntos en hacer que las cosas se hagan, añadió al South China Morning Post el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia y exasesor en seguridad nacional de Trump en su fase de presidente electo, James Woolsey.
Xi y Trump deben de reunirse tan pronto como sea posible para establecer lazos personales y conocerse mutuamente, dijo Gal Luft, codirector del Instituto para Análisis de la Seguridad Global.
La presencia del consejero de Estado se da a 45 años de la primera visita de un presidente estadunidense a la República Popular de China, que tocó a Richard Nixon.
Nixon, miembro del Partido Republicano, había señalado en 1964 que sería un desastre para la causa de la libertad que Washington reconociera a “China Roja”, lo que le tocó finalmente hacer.
Trabajando con su asesor de seguridad nacional Henry Kissinger, Nixon se permitio pensar lo impensable, escribió hace cinco años en The Washington Post el periodista David Ignatius.
La preparación del viaje de Nixon a China inició con la visita al país asiático de la selección estadunidense de ping pong en abril de 1971, y en julio Kissinger en una misión secreta hizo el segundo preparativo.
Seis meses después, en febrero de 1972, Nixon llegó a Beijing, en un viaje que dijo “cambió al mundo”.
En tanto, este lunes se espera que el Senado estadunidense confirme como secretario de Comercio a Wilbur Ross, quien en su propia agenda tiene también a China como uno de sus principales temas.
Se prevé que la confirmación pase sin mayores problemas, luego de que en la votación previa fue aprobado por 66 votos contra 31.
Un análisis de la revista Fortune señala que los trabajadores del acero lo ven con beneplácito porque salvó de la quiebra a varias acereras a principios de esta década.
Pero grupos de izquierda cuestionan la llegada de otro multimillonario al gabinete del presidente Trump, quien lo ha designado para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Se espera que Ross juegue un papel central en el cumplimiento de la promesa de campaña de Trump de reduccir el déficit comercial estadunidense y traer de regreso puestos de trabajo a la economía estadunidense.
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