Investigadores de la Universidad de Guanajuato desarrollan insecticidas de origen viral que ataquen solo a los insectos que dañan los cultivos y evitar perjudicar el medio ambiente con el uso de sustancias químicas.
María Cristina del Rincón Castro, profesora del Departamento de Alimentos del Campus Irapuato – Salamanca, encabeza actualmente un equipo multidisciplinario para desarrollar bioinsecticidas de origen viral que se puedan aplicar en el campo guanajuatense.
Detalló que el control biológico de plagas es una alternativa en los países de primer mundo, donde se ha demostrado su eficiencia, pero en México es una solución novedosa, y la Universidad de Guanajuato busca ser pionera en su utilización.
Desde hace 26 años del Rincón Castro trabaja con virus entomopatógenos, que se desarrollan exclusivamente en los insectos, los aísla en el laboratorio y selecciona algunos para matar a los gusanos (plagas) y evitar así que dañen los cultivos.
Expresó que en México aún han resistencia para trabajar en el desarrollo de virus para el combate de plagas.
Pero es mucho más peligroso que durante más de 50 años estén llenando los cultivos con toneladas de insecticidas químicos, que son inespecíficos, matan no sólo insectos perjudiciales, sino mamíferos, aves, peces, y dañan la salud de los seres humanos”.
Actualmente el proyecto estudia la biología y el comportamiento de los virus que matan a las plagas que afectan al campo, una investigación a largo plazo que busca pasar a la aplicación.
En el proyecto, financiado por la UG a través de la División de Apoyo a la Investigación y al Posgrado (DAIP), colabora un profesor del Departamento de Agronomía, Darío Salas; un profesor del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) Irapuato, Jorge Ibarra, y estudiantes de posgrado de la UG, y alumnos de Licenciatura de los departamentos de Alimentos, Agronomía e Ingeniería Ambiental.
Los investigadores salen al campo, buscan en la plaga -del maíz, del brócoli, la lechuga, los manzanos, etcétera- analizan de qué están enfermos los gusanos, los transportan al laboratorio y aíslan el agente causal de esa enfermedad. Además, “cultivan insectos” para tener las condiciones idóneas que les permitan demostrar la eficacia de los virus.
La parte referente a investigación básica es financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en ese proyecto trabajan con las plagas de brócoli y de coliflor. La intención es aislar diez cepas nativas, estudiar el virus en el laboratorio, y una vez que lo tengan bien caracterizado, regresarlos al campo para matar al insecto.
Cristina del Rincón expresó que el bioinsecticida es una tecnología sencilla, y que no daña a los seres humanos porque son virus específicos para los insectos.
El mismo agricultor puede asperjar el producto viral, colectar los gusanos que se murieron por el virus, volverlos a moler y volverlos a utilizar como un insecticida que se está reciclando”.
Puntualizó que es poco probable que puedan mutar, porque son virus de más de 150 genes, eso hace que sea muy difícil que los insectos desarrollen resistencia a más de 150 proteínas diferentes.
Por eso son inocuos, seguros desde el punto de vista ecológico, y para nosotros, que somos los que lo aplicamos y comemos esas hortalizas”, concluyó.
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