La Compañía Nacional de Danza Folklórica (CNDF), fundada y dirigida por la maestra Nieves Paniagua, celebró hoy 40 años de labor con dos galas en el Palacio de Bellas Artes, donde se aprecia la grandiosidad de los bailes de la geografía local.
En la primera de las dos funciones celebratorias, la luminosidad y el colorido de este país pluricultural llenó la Sala Principal del recinto. La CNDF interpretó “Danza azteca”, “Chiapas”, “Huasteca”, y “Nayarit”, en la primera parte del programa que aglomeró a un público entusiasta y receptivo, amante de la depurada técnica interpretativa de ese género.
Las funciones de aniversario, inscritas en la Temporada de Danza en el Palacio de Bellas Artes 2015, mostró a una Compañía fresca y renovada, sin perder el espíritu con el que se fundó en 1975, mismo que ha llevado a los más prestigiados festivales internacionales, junto a las orquestas sinfónicas y compañías de teatro y ópera más celebradas de todo el mundo.
“En 2015, la CNDF felizmente cumple 40 años de existir y en ese tiempo, han egresado de ella profesionales que han creado nuevos grupos en diferentes ciudades, siempre con el orgullo de llevar nuestras danzas tradicionales y nuestra herencia cultural a los foros más importantes. 40 años se dice fácil, pero la labor realizada ha sido larga y pesada”.
Así se expresó la maestra Nieves Paniagua Ruiz antes de la primera función, y explicó que la compañía surgió de la selección de jóvenes que no estaban en escuelas artísticas. “Buscamos talento y presencia, tipos físicos y la habilidad y coordinación necesaria para la danza. El reto fue hallar jóvenes adecuados para nuestra danza folklórica mexicana”.
Dentro de los compromisos de la CNDF se encuentra mantener el máximo respeto a la forma como se baila en los lugares de origen. “Todas las vivencias que hemos tenido hicieron que creciera nuestro respeto y admiración por lo que existe en nuestro país. Por ello, nuestros programas son como una ventana de lo que tenemos y debemos valorar”, aseguró la maestra.
Desde su perspectiva de observadora de esta forma de hacer arte, “la República Mexicana es rica en tradiciones y costumbres que evolucionan con las nuevas generaciones de artistas. La adaptabilidad nos granjea la aceptación del público para los programas de la CNDF; eso nos obliga a continuar el rescate de nuestras danzas y llevarlas al público”, añadió.
Ella está segura que todavía hace falta mucho por rescatar, sin embargo, “y hasta donde podamos, seguiremos haciéndolo. Estamos cumpliendo 40 años y lo celebramos con una muestra del trabajo de la compañía, resultado de la investigación y el estudio, del modo como nos informamos y llegamos a amar y respetar la herencia dancística ancestral”.
Tras el intermedio, la CNDF interpretó “Oaxaca”, “Nuevo León”, “Veracruz”, “Sonora” y “Jalisco”, mosaicos con bailes de esas entidades, con su alegría y diversidad, polkas contagiosas y sones jarochos que generaron un ambiente de fiesta en la sala; especialmente con el ritual yaqui celebrado especialmente en Semana Santa, representa la lucha entre el bien y el mal.