Los Martínez son buenos para los negocios: su equipo juega prácticamente gratis en un estadio que hasta hace poco pertenecía al Municipio, no pagan impuestos por espectáculos y aparte el Gobierno del estado les ha asignado contratos por 7 millones 079 mil pesos por concepto de publicidad en los últimos dos años.
Además, los dueños del equipo León consiguieron un ventajoso trueque con el Municipio: vigilancia gratuita de policías preventivos durante los partidos a cambio de prestar jugadores para campañas sociales de bajo alcance. Cualquier otro tendría que pagar 88 pesos la hora por cada uniformado.
A un par de meses de concluir su sexenio, el gobernador Miguel Márquez les acaba de hacer una quizá última concesión: un súper crédito por 280 millones de pesos para adquirir el terreno de 12.44 hectáreas donde, en los próximos dos años y medio, construirán la nueva sede del plantel esmeralda y una universidad del futbol, todo dentro de un megaproyecto denominado “Un lugar para creer”.
Cual empresario de la industria automotriz, Jesús Martínez Patiño lanzó desde el 2016 una petición similar a la de la armadora Toyota: la donación de un terreno. ¿Su argumento? El Club León se lo merecía, no solo por su afición y su historia, sino por el “desarrollo social” que ha generado en la ciudad, según dijo a ESPN el 6 de enero de dicho año.
El aparato estatal se movilizó para conseguirle un terreno, pero no fue hasta que finalmente el Municipio perdió el litigio que mantenía con Roberto Zermeño y Héctor González por la propiedad del Estadio León, cuando se tuvo que agilizar la operación y en diciembre del año pasado compró un predio en 280 millones de pesos, bajo el argumento de aumentar la reserva territorial del Gobierno.
Probablemente la reserva territorial no era tan necesaria porque apenas un mes después de la transacción, Miguel Márquez ofreció una rueda de prensa para informar que en dicho terreno podría tener lugar el nuevo estadio, y días después, se confirmó: Grupo Pachuca compraría el terreno para que la empresa Manhattan Construction edifique el nuevo estadio, que contará con una inversión de 2 mil 500 millones de pesos.
Sin embargo, el Congreso local aprobó que Grupo Pachuca pueda pagar el terreno a plazos, es decir, el Gobierno del estado lo compró en una sola exhibición, pero lo venderá al mismo precio pero en abonos.
Sobre este tema, no ha querido hablar Miguel Márquez, quien luego de recibir elogios por parte del presidente de Grupo Pachuca, Jesús Martínez Patiño, durante la presentación del proyecto del nuevo estadio, simplemente dijo de manera escueta: “Vamos a ver con ellos (los Martínez) el tema de los plazos”.
Así, Grupo Pachuca, desde lo municipal hasta lo estatal, ha logrado replicar en Guanajuato el modus operandi que le permitió nacer en Hidalgo y consolidarse como uno de los emporios futboleros más exitosos en el país, a partir de concesiones de gobiernos con cargo al erario, facilidades y predios regalados o a crédito, a cambio de un presunto beneficio social.
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