A dos semanas de que fue descubierto el asesinato de Nayeli Ornelas Martínerz, la jovencita estudiante de preparatoria que fu estrangulada, aparentemente en su propia casa, de la comunidad de San José de los Sapos, mantiene aún impotente a la Procuraduría para resolver el crimen y llevar a prisión al autor o los autores.
Ella fue encontrada muerta la mañana del 20 de julio por su madre, cuando extrañada de que la jovencita no saliera de su recámara acudió a buscarla.
El hallazgo de huellas de violencia en el cadáver fue mantenido en silencio por las autoridades investigadoras del fuero común hasta el día siguiente, martes 21, cuando con el dictamen de necropsia en su poder, reconocieron que la jovencita había sido estrangulada y su cuerpo presentaba además huellas de golpes asestados antes de su muerte.
Las evidencias movieron a la familia de la víctima y sus conocidos a hacer una exigencia pública de justicia, en un caso que para muchas personas parecía sencillo de resolver:
Una adolescente asesinada en su casa; aparentemente en su propia cama, parecía no dejar abiertas muchas posibilidades en cuanto a quién podría haber tenido acceso hasta ella y había terminado por asesinarla.
Señalamientos públicos fueron hechos sin base, fehaciente, alguna contra le novio de ella. La Procuraduría, en sus protocolos de investigación ha investigado lo mismo al novio que a los allegados y conocidos de la joven, pero hasta este lunes, las indagaciones no habían llevado a ninguna parte a los fiscales investigadores de homicidios.
O al menos así lo asume la Procuraduría General de Justicia, cuyos voceros sólo contestan, por consigna: estamos investigando; la investigación está en proceso; cuando el caso sea resuelto se informará.
Una manifestación de familiares y estudiantes amigos de Anayeli, quedó desactivada después de que se entrevistaron con autoridades municipales, la semana pasada.
La Secretaría del Ayuntamiento prometió apoyar la investigación y el esclarecimiento del caso, cuando en realidad no tienen participación alguna en las indagaciones ni su apoyo puede ir más allá del apoyo moral o alguna petición de agilizar las indagaciones, dirigida a la Procuraduría General de Justicia. Petición que, al menos públicamente, ni siquiera ha sido hecha.
El Ministerio Público del fuero común guarda silencio sistemático sobre las indagaciones y el caso sigue sin resolver.
¿Será este un caso más en la impunidad?