El Papa Francisco aseguró hoy que un mundo sin tensiones sería como “un cementerio” y estableció que los conflictos deben ser afrontados con diálogo y respeto, en una audiencia con más de mil 500 jóvenes.
En el Aula Pablo VI del Vaticano, Francisco se reunió con integrantes del Movimiento Eucarístico Juvenil (MEJ), provenientes de 35 países, ante quienes respondió –improvisando- seis preguntas que le realizaron diversos muchachos.
Según el pontífice, actualmente se vive una “tercera guerra mundial en pedacitos”, pero sostuvo que existen signos de esperanza como los jóvenes que creen “que el amor es más fuerte que el odio, que la paz es más fuerte que la guerra, que el respeto es más fuerte que el conflicto, que la armonía es más fuerte que las tensiones”.
“¿Qué sería una sociedad, una familia, un grupo de amigos sin tensiones, sin conflictos? Un cementerio. No hay tensiones y no hay conflictos solo en las cosas muertas”, señaló, hablando en italiano.
“Sólo en el paraíso no habrá conflictos y todos estaremos unidos en la paz con Jesucristo. Las tensiones te hacen crecer, desarrollan la valentía. Un joven sin valentía es un joven aguado, un joven viejo”, añadió.
Instó a los muchachos a no “jubilarse” a los 20 años, pidió encausar el conflicto dialogando y no buscar la tensión por la tensión, porque eso provoca daño, genera jóvenes “conflictivos” y “enfermos”.
Precisó que los conflictos pueden hacer bien, porque hacen comprender las diferencias, y apuntó que en una sociedad con tantas culturas diferentes, hay que buscar la unidad, pero en el respeto de cada identidad.
Más adelante aseguró que en el mundo existen conflictos no resueltos como el de la población musulmana “rohinyá” que huye de Myanmar por el Océano, pero es rechazada y expulsada en todos los países de la zona.
Calificó esa actitud de rechazo como una verdadera guerra. “Esto se llama violencia, se llama matar”, apuntó.
“En Medio Oriente estamos viendo que mucha gente no es respetada, muchas veces es asesinada, perseguida. ¿Por qué? Porque no se respeta su identidad”, dijo.
“En la historia siempre ha habido conflictos de identidad religiosa que surgían por no respetar la identidad de la otra persona. ‘Pero, este no es católico, ¿no cree en Jesucristo?’. Respétalo. Busca qué cosas buenas tiene, busca en su religión, en su cultura los valores que respeta”, pidió.