Cancún constituye la primera gran prueba de fuego para el Tratado sobre el Comercio de Armas, afirmó el director de Transferencias Militares, de Seguridad y Policiales de Amnistía Internacional (AI), Marek Marczynski.
Señaló que se trata de una gran ocasión para que los Estados hagan historia persiguiendo las metas del Tratado dirigidas a salvar vidas.
Para AI, el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, creado para controlar unas transferencias internacionales de armamento escasamente reguladas que fomentan la comisión de crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos, se enfrenta esta semana a su prueba de fuego en México.
La Primera Conferencia de Estados Parte del Tratado de Comercio de Armas inicia este lunes en Cancún, México, y a ella asistirán decenas de Estados, entre ellos varios que no han firmado o no han ratificado el Tratado desde su adopción en 2013.
Amnistía Internacional, que hizo campaña junto a organizaciones no gubernamentales asociadas durante más de dos decenios para hacer realidad el Tratado, también asistirá a la reunión.
La organización no gubernamental aseguró que presionará en favor de tres áreas principales: la primera de ellas, transparencia en todos los aspectos del Tratado, incluida la presentación de informes completos de los Estados sobre la medida y el alcance de sus importaciones y exportaciones de armas.
Asimismo, la participación significativa de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en todos los procesos y reuniones relativas al Tratado.
Por último, la adopción de mecanismos que garanticen el cumplimiento de las obligaciones del Tratado por parte de los Estados evitando que se transfieran armas cuando existe el riesgo de que se destinen a cometer violaciones graves del derecho internacional.
En este apartado incluyó crímenes de guerra y otras violaciones graves de derechos humanos.
AI resaltó que la transparencia es uno de los objetivos principales del Tratado, dado que hasta ahora el comercio global de las armas se ha mantenido en secreto.
También, abundó, es un medio fundamental de demostrar que los Estados están cumpliendo los términos del Tratado, y ayudará a evaluar cómo se aplican en la práctica.
Expuso que los debates de las reuniones preparatorias de la conferencia de México se centraron en la participación actual de los grupos de la sociedad civil, y también en la cantidad de información sobre importaciones y exportaciones de armas que los Estados deben presentar y poner a disposición pública.
Aseveró que algunos Estados intentan restar protagonismo a la sociedad civil restringiendo considerablemente su participación en futuras conferencias sobre el Tratado y tomando cada vez más decisiones importantes a puerta cerrada en sesiones secretas.
Amnistía Internacional consideró motivo de alarma que los Estados hayan intentado reducir a la mínima expresión los requisitos de presentación de informes del Tratado.
Eso significa, acotó, que podrían estar obligados solamente a informar del valor económico anual de las transferencias, sin aportar datos fundamentales sobre el volumen de los envíos, el número de artículos y una contabilidad de cada categoría de armas pequeñas y armas ligeras.
“Los detalles sobre el destino y uso final de las armas también serían secretos, que es información crucial para impedir que se desvíen armas a mercados ilegales y a usuarios finales no autorizados”, abundó.
Marczynski afirmó que “dejar a la sociedad civil fuera de algunos de los debates más importantes y no hacer públicos informes anuales sobre importaciones y exportaciones de armas hará que ‘se siga actuando como siempre’”.
“Es decir, que las transferencias de armas se mantengan en secreto, en detrimento del propósito del Tratado. No se debe permitir que ocurra”, hizo hincapié.
Manifestó que se ha conseguido mucho gracias al esfuerzo de la sociedad civil y de los Estados para conseguir unas normas globales jurídicamente vinculantes sobre las transferencias internacionales de armas.
“Nuestro afán es seguir desempeñando un papel constructivo ahora que nos adentramos en la fase de aplicación. Los Estados deben adoptar requisitos exhaustivos y transparentes sobre presentación de informes que permitan tener una visión completa del comercio global de las armas”, concluyó.