Llegaron dos asesinos a la cantina Rancho Grande, en Centenario y Chuparrosa, uno gritó a todos los presenten que se tiraran al suelo y se dirigió a Ricardo Salvador Ramírez Alvarado, quien estaba en el barra bebiendo desde un rato antes y le disparó al cráneo hasta acertarle uno de tres balazos, para luego huir con su cómplice.
Así resumió este lunes el director de fiscales investigadores del fuero común, Ignacio Pérez Ruiz, el crimen perpetrado este domingo alrededor de las tres y media de la tarde en el interior de esa cantina, en el barrio de San Juan de Dios a la que había llegado el ahora occiso una hora antes.
Pero ese el el nombre de la víctima de acuerdo con documentos que le fueron encontrados en sus ropas una vez que el Ministerio Público las inspeccionó.
Hasta este lunes no se hacía un reconocimiento formal ante el Ministerio Público ni persona alguna había reclamado el cadáver, según informó el funcionario, quien añadió que de las personas presentes, aparentemente ninguna pudo observar a los asesinos.
Aparentemente todas buscaron resguardarse ente la inminencia del ataque y no observar mayormente a los homicidas, según se desprende de lo manifestado por el funcionario.
Un testimonio dijo sin embargo a las autoridades que tras el ataque, los dos asesinos huyeron hacia la calle Centenario, donde abordaron un automóvil sedan gris y se marcharon.
En el lugar quedó muerto Ricardo Salvador y en su proximidad sólo fue encontrado un casquillo de bala del calibre 45 que está sujeto a estudios periciales.
Los testimonios obtenidos por el Ministerio Público señalan que el asesino hizo al menos tres detonaciones, pero el ahora occiso sólo recibió un balazo y en el lugar fue encontrado un sólo casco.
La causa de muerte fue precisamente es impacto de bala que recibió la víctima en el cráneo, señaló el funcionario.
Las autoridades no revelan si hay pistas para dar con los homicidas.