El secretario general adjunto de la ONU para Derechos Humanos, Ivan Simonovic, denunció la escalada de una “guerra humanitaria” en el este de Ucrania luego a que las fuerzas separatistas pro rusas de Luhansk expulsaron a personal humanitario.
Subrayó que la negación de asistencia básica a los civiles puede constituir un crimen contra la humanidad.
“Obstruir operaciones de asistencia (a los civiles ) en algunas circunstancias es una violación del derecho humanitario y puede constituir un crimen contra la humanidad”, subrayó Simonovic en un encuentro con la prensa.
En el marco de la presentación del informe de Naciones Unidas sobre Ucrania al Consejo de Derechos Humanos, Simonovic manifestó su “profunda preocupación” por la suerte de tres millones de civiles que se encuentran atrapados en la zona controlada por fuerzas separatistas pro rusas.
La situación que se vive en esa zona se agravó luego de que organismos humanitarios de la ONU, Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, y otras ONG fueron expulsadas de la zona por las autoridades de la auto-proclamada República de Luhansk.
A pesar de que se ha observado el cese al fuego, “parece que la lucha activa ha sido sustituida por la politización y la instrumentalización de la ayuda humanitaria por ambas partes y es usada como una nueva herramienta de la guerra”, dijo Simonovic.
El funcionario de la ONU urgió a las fuerzas rebeldes de Luhansk para revertir esta decisión especialmente con el invierno en puerta.
Tras su reciente visita a Ucrania, Simonovic describió un panorama crítico para la población del este del país, ya que se viola su derecho a la salud.
Los niños son los que se ven más afectados, ya que escasean las medicinas básicas para padecimientos menores y otros farmacos necesarios para controlar ataques de epilepsia.
Aunado a ello tiene lugar en la zona un brote de polio y UNICEF se ha quedado con 90 mil vacunas que no pudieron administrarse a los niños.
Simonovic habló sobre la escasez de retrovirales para unas 80 mil personas que padecen HIV /Sida.
Advirtió que en caso de que se permita el regreso a la zona del personal humanitario internacional, tomará de 2 a 3 meses a las agencias expulsadas volver a iniciar sus operaciones, ya que no se trata de una cuestión inmediata pues conlleva una logística compleja.
Hasta ahora han muerto más de ocho mil personas en el conflicto en el este de Ucrania que estalló poco después de que Rusia se anexaba de manera ilegal el territorio de la península de Crimea en la primavera de 2104.