En lo que va de 2024, ya se han registrado tres accidentes aéreos, lo que plantea preguntas sobre la seguridad de los vuelos comerciales. Uno de estos incidentes ocurrió en México el 5 de enero, dejando un saldo de cuatro personas fallecidas.
El mundo de la aviación se estremeció con la noticia del choque entre un avión de Japan Airlines y una aeronave de la Guardia Costera nipona el 2 de enero, en Japón. Este incidente resultó en cinco víctimas fatales y una persona gravemente herida.
El 5 de enero, un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines sufrió la pérdida de parte de su fuselaje en pleno vuelo, obligando a un aterrizaje de emergencia. A pesar de la gravedad del incidente, todos los pasajeros y tripulantes salieron ilesos.
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En México, ese mismo día, una avioneta que viajaba de Matamoros a Coahuila se estrelló en el Aeropuerto Internacional de Ramos Arizpe, dejando un trágico saldo de cuatro personas muertas, incluyendo familiares del ex alcalde Alfonso Sánchez Garza.
Estos eventos plantean la pregunta: ¿cuál es la probabilidad de que un vuelo sufra un accidente en comparación con años anteriores?
Según la consultora holandesa de aviación To70, 2023 fue un año histórico sin accidentes fatales de grandes aviones de pasajeros propulsados por turboventiladores. Aunque se registraron 50 accidentes, solo dos fueron mortales, con un total de 86 víctimas.
Esta tasa de accidentes mortales se situó en 0.09 por cada millón de vuelos, mostrando una disminución en comparación con el promedio de la última década. Sin embargo, el consultor de aviación de To70, Adrian Young, advierte que, a pesar de la baja tasa en 2023, la aviación sigue siendo una industria con riesgos.
Aunque la probabilidad de un accidente es baja, la seguridad continua siendo una prioridad. En 2023, la tasa de accidentes mortales no alcanzó el récord de 2017, que registró solo 0.06 por cada millón de vuelos.
/LT
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