En China, una familia adoptó a un gran cachorro pensando que era un perro ¡y resultó ser un osezno!
Fue hasta después de dos años que la familia se dio cuenta que se trataba de un oso. Y es que el animal, tenía un apetito insaciable, devoraba una canasta de fruta completamente y hasta dos ollas de espagueti al día.
A 24 meses de su adopción, la mascota ya pesaba 114 kilos y no paraba de crecer.
La gota que derramó el vaso fue cuando el supuesto ‘perro’ comenzó a andar en dos patas, por lo que la dueña se puso en contacto con las autoridades que lo identificaron como un oso asiático, clasificado como especie en peligro de extinción.
El oso tuvo que ser sedado para permitir el traslado al centro de rescate Yunnan Wildlife Rescue. El oso tiene siete años.
/r
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