La Asociación Internacional de Transportes Aéreos (IATA) criticó hoy las nuevas medidas de seguridad planeadas para el aeropuerto internacional de Zaventem, en Bruselas.
La terminal aérea fue escenario, junto con la estación de metro de Maelbeek, de un atentado terrorista que cobró la vida de 32 personas, el 22 de marzo pasado.
La asociación, que representa 260 compañías aéreas, responsables por 83 por ciento de todo el tráfico aéreo mundial, se opone principalmente al control de equipajes que se instalará antes de la entrada de la terminal aeroportuaria.
“Lo único que lograrán con ese control previo es concentrar una multitud aún mayor en una zona pública. Y eso es un blanco fácil para cualquiera que pretenda hacer daño”, opinó el director de IATA, Tony Tyles, en una conferencia en Bruselas.
“Crear esas inmensas filas es la peor cosa que se puede hacer actualmente. Me sorprenden realmente todos esos procesos que, en lugar de solucionar problemas, solo crean nuevos”, aseveró.
A su juicio, la iniciativa podría funcionar si se tuvieran a disposición más equipos y personal, de manera que el flujo de pasajeros fuera más fluido.
“Que pongan los medios para hacerlo de manera correcta”, abogó, añadiendo que el gobierno debería financiar los costos de esas medidas adicionales, no la administración del aeropuerto, como es el caso.
Asimismo, el representante de las aerolíneas afirmó que “la única manera de hacer seguros aeropuertos, centros comerciales y estaciones de tren es deteniendo a los terroristas antes de que cometan un atentado”.
El aeropuerto internacional de Bruselas funciona de manera parcial, con el área de registros instalada en una estructura improvisada en el exterior del edificio.
La terminal de embarques donde ocurrieron las dos explosiones, el 22 de marzo, podría reabrir el lunes próximo, de acuerdo con la prensa belga.
Los supervivientes de ese ataque y los familiares de las víctimas fatales fueron invitados a visitar el local el viernes, en compañía de un equipo de psicólogos, a ejemplo de lo que se hizo en la estación de metro de Maelbeek la semana pasada.