Los comerciantes de Bruselas dejaron de ganar cerca de 100 millones de euros (111 millones de dólares) durante la semana, en noviembre pasado, en que la ciudad estuvo bajo alerta máxima por la posibilidad de un atentado terrorista.
La Federación Belga del Comercio (Comeos) estimó las pérdidas con base en las transacciones bancarias registradas en el periodo del 21 al 29 de noviembre, durante el cual estuvo vigente el nivel de alerta 4.
Al publicar el análisis, el organismo pidió al gobierno belga un “protocolo claro” para gestionar situaciones similares en el futuro, así como el establecimiento de “medidas de excepción”, como chequeos sistemáticos y la instalación de cámaras de seguridad.
“En la actualidad, si una persona llega a un supermercado con un gran bolso y rechaza ser checado, el local no puede prohibirle la entrada. En tiempos normales está bien, pero en períodos de paranoia, como recientemente, eso (negarse a ser revisado) es inadmisible”, ejemplificó el director de Comeos, Dominique Michel.