México.- Este martes fue aprobada en Comisión de Puntos Constitucionales la iniciativa para que los trabajadores en México tengan dos días de descanso por semana, en lugar de uno, como sucede actualmente.
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La fracción cuarta del Artículo 123 de la Constitución Mexicana establece que por cada seis días de trabajo, el trabajador deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos.
Sin embargo, la reforma que avanza en la Cámara de Diputados establece que quede de la siguiente manera: “Por cada cinco días de trabajo deberá disfrutar el operario de dos días de descanso, cuando menos”.
La propuesta fue aprobada en comisiones por con 27 votos a favor y cinco abstenciones de los diputados del PAN, entre ellos, el del legislador guanajuatense Jorge Arturo Espadas Galván.
La diputada federal de Morena, Susana Prieto, promovente de la iniciativa, argumentó que aunque el Consejo Coordinador Empresarial indicó en un documento remitido a San Lázaro, que ya en la mayoría de las empresas se cumple que los dos días de descanso, abusa de sus agremiados porque los pone a trabajar más de 40 horas a la semana.
“Sí, pero omiten la parte del sábado. Se les paga de lunes a viernes y por la tanto, queda anulatorio el derecho consagrado en la fracción primera del artículo 123, de que la jornada diaria deberá ser, máximo, de 8 horas, para convertirse en jornadas de 9 horas y media, de 10 horas, de 12 horas, del número de horas que el trabajador se deje y le permita al patrón abusivo en este país”, dijo.
El documento que avala esta reforma expone que en México los tiempos de trabajo y la falta de días de asueto tiene repercusiones en los empleados, generando estrés laboral, además de impactar en la cohesión familiar y las relaciones sociales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y Organización Internacional de Trabajo, laborar 55 horas o más a la semana, aumenta en 35 por ciento el riesgo de un accidente cardiovascular y 17 por ciento una enfermedad cardiaca.
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Ahora, el dictamen fue enviado ya al pleno de la Cámara, donde se necesita ser aprobada por al menos dos terceras partes al tratarse de una reforma constitucional.
Posteriormente, pasaría al Senado, y después deberá ser avalada por al menos 17 congresos locales.
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