Guanajuato.- “No podemos detenernos, porque encerrarnos sería darle lugar al crimen”, fue el mensaje de la Arquidiócesis de León tras las masacres ocurridas en San Bartolo de Berrio y San José de Mendoza, que cobraron la vida de 15 jóvenes relacionados con los grupos parroquiales de las comunidades.
Al ser consultado sobre si los ataques fueron dirigidos contra la Iglesia, Marcos Cortés Muñiz descartó esa hipótesis y señaló que el problema va más allá.
“Es otro el problema, más de fondo; más que contra nosotros, es contra la vida de una persona. El hecho de que una persona mate a otra habla de una falta de conciencia del don de la vida. Es un problema muy fuerte que aqueja a la sociedad, que está perdiendo ese valor de la vida”.

Respecto a posibles modificaciones en los horarios de las celebraciones parroquiales, explicó que la situación varía entre las ciudades y las comunidades.
“Tenemos que ver cómo decirlo… No provocar, no hacer una fiesta ya de madrugada como tal. En este sentido, en una comunidad rural donde sucedió la situación, no era algo común que sucediera, porque finalmente por la noche generalmente… Y nosotros estamos acostumbrados aquí en la ciudad a otros horarios. Yo les decía: continuar con nuestra labor y tomar, a lo mejor, algunas medidas de horarios sí lo podríamos hacer, pero finalmente tenemos que seguir como Iglesia”.
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/ED
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