En 2015 desembarcaron en Italia 153 mil 842 inmigrantes, una baja frente a los 170 mil 100 de 2014, debido al aumento del número de personas que entraron a Europa por tierra y a una reducción de las travesías por mar, reveló hoy un informe.
Titulado “Reporte sobre la acogida de migrantes y refugiados en Italia”, el informe resaltó que 2014 fue el año récord de desembarcos de inmigrantes.
Detalló que en 2014 los desembarcos fueron superiores a la suma de los registrados en los tres años precedentes y casi el triple de los de 2011, año de la emergencia en el Norte de África por el inicio de la llamada “primavera árabe”.
Determinó que mientras que en 2014 los principales países de origen de los inmigrantes que llegaron a Italia fueron Siria, Eritrea y Mali, el año pasado resultaron ser Eritrea, Nigeria y Somalia.
Al presentar el reporte a los medios de comunicación, el subsecretario del Interior, Domenico Manzione, confirmó que en lo que va de 2016 no hay prácticamente arribos de Siria y Eritrea, sino sobre todo de países de África nordoccidental.
Indicó que Italia ya no es fundamentalmente un país de tránsito para los inmigrantes, sino que también se convirtió en una nación de destino para las miles de personas que escapan de su lugar de origen por situaciones de conflicto y pobreza.
Manzione señaló que en las dos primeras semanas de enero 2016 desembarcaron en costas italianas unas mil personas, frente a las más de tres mil que lo hicieron en el mismo periodo de 2015.
El coordinador del reporte, Antonio Golini, resaltó que aunque en 2015 llegaron a Italia 153 mil 842 inmigrantes, frente a los 170 mil de 2014, ello no significa una atenuación del fenómeno.
Explicó que esa baja fue resultado del mayor uso de las rutas terrestres, en especial la Balcánica, y al hecho de que muchos inmigrantes ya no pasaron por territorio italiano.
Golini subrayó que el proceso de las migraciones hacia Europa se mantendrá aún por mucho tiempo y estimó que el futuro del Viejo Continente está estrechamente ligado al de África, que en los próximos decenios registrará una explosión demográfica “excepcional”.
Recordó que en 2015 África tenía mil 200 millones de habitantes, mientras que en 2050, según las más recientes proyecciones de las Naciones Unidas, deberá llegar a dos mil 500 millones.
Lo que significa que para enfrentar ese incremento debería estar en grado de crear en poco menos de 35 años entre 800 y 900 millones de empleos, indicó.
Ante ello, sería fundamental favorecer un proceso de regionalización de toda el área euroafricana y de Medio Oriente que parta de la Unión Africana (ya existente, pero inoperante) para llegar a la creación de una Unión Euroafricana que impulsaría el crecimiento de África, planteó.
Esta nueva Unión Euroafricana se convertiría en la nueva frontera del desarrollo y el motor de la economía mundial, consideró.
Golini reconoció que el sistema de reubicación de refugiados, aprobado por los países de la Unión Europea en septiembre pasado, “no funciona bien”.
Ese esquema prevé la recolocación en un plazo de dos años de 120 mil asilados, arribados sobre todo a Italia y Grecia.
El problema es la escasa colaboración de las otras naciones europeas en las que deberían ser reubicados los refugiados, expuso.