La epidemia de zika que azota a Brasil –donde se estiman 1.5 millones de infectados- provocó que miles de mujeres analicen posponer sus embarazos, mientras otras deciden congelar óvulos o incluso seguir con sus embarazos en Estados Unidos o Europa.
Ginecólogos y doctores de las zonas más afectadas, en especial el noreste del país, están alentando a las futuras madres a posponer sus planes de embarazo algunos meses o incluso años, mientras los científicos dilucidan los efectos del virus en los fetos.
“Sugiero a las pacientes que, si pueden, esperen uno o dos años para quedarse embarazadas. Es lo más prudente ante la actual situación”, explicó la doctora Ángela Rocha, del Instituto Oswaldo Cruz de Recife.
Esta experimentada médica, que atiende decenas de casos de madres cuyos bebés tienen microcefalia supuestamente por el virus Zika, opina que en estos momentos la mejor solución es retrasar los planes de embarazo, aunque admite que muchos brasileños –sobre todo de clases sociales más modestas- no planean la gestación.
Si bien no está probado, los doctores creen que el zika puede provocar microcefalia en neonatos si la madre contrae el virus entre el primer y cuarto mes de embarazo, cuando el sistema nervioso está en formación.
Un estudio publicado esta semana por la revista especializada Jama Ophthalmology indicó que el virus podría provocar lesiones oculares graves en los fetos.
Una docena de mujeres entrevistadas por Notimex en Recife, capital del estado de Pernambuco, el más afectado por el virus y la microcefalia, admiten haber pospuesto su proyecto de embarazo hasta que las autoridades sanitarias avancen en su investigación sobre el zika.
Algunas mujeres, sin embargo, no pueden posponer sus embarazos por cuestiones de edad, como la pernambucana Carmen Valadares, una funcionaria de 53 años que llevó a cabo una inseminación in vitro en septiembre y, ante el temo a contraer zika, emigró a Miami más de dos meses hasta pasar el período de mayor riesgo.
“No pensé en mí, sino en el bebé, que es lo más importante”, explica, entrevistada por teléfono, en su quinto mes de embarazo y ya de vuelta a Brasil.
“He pasado el período de riesgo, pero sigo preocupada. Voy del trabajo a casa y de casa al trabajo. Me encanta el Carnaval, pero este año no lo he celebrado por la situación que vivimos”, señaló, y se declara “aterrada” por el aumento de casos de microcefalia.
La doctora Magdalena Caldas, propietaria de la clínica de fertilidad “Gerar” de Recife, confirmó que ha habido un aumento del número de parejas que quieren congelar óvulos para garantizar el embarazo posteriormente.
“En dos meses he atendido a diez pacientes. Es el triple de lo habitual”, aseveró esta mujer, con 20 años de experiencia, que indicó que “seis pacientes han pedido iniciar el tratamiento in vitro porque planean irse durante los primeros meses al exterior, sobre todo a Miami y Portugal”.
La brasileña Thais Lima, fundadora y directora de la agencia Eagle Tours & Tranportation, con sede en Miami, confirmó a Notimex que su empresa ya atendió a una “embarazada de Sao Paulo que alquiló un departamento en Miami y estuvo aquí tres meses debido al zika”.
Aunque el virus azotó sobre todo el noreste de Brasil, donde se concentra el 80 por ciento de casos de microcefalias en bebés asociadas supuestamente al zika, en Río de Janeiro y Sao Paulo algunas clínicas de fertilidad también iniciaron campañas de información a clientes que quieren posponer los embarazos.
Ante la falta de vacuna y en pleno verano en el hemisferio sur, el único combate posible al virus es la erradicación del mosquito Aedes Aegypti, vector de transmisión del zika.
Por ello el país sudamericano desplegará 220 mil militares a partir del 13 de febrero para recorrer millones de hogares con el objetivo de eliminar focos de reproducción del mosquito, que cría sus larvas en aguas limpias y estancadas a la sombra.