Guanajuato.- Desde el punto de vista de Beatriz Lozano, representante de la fundación Animare en León, la burocracia en la atención a reportes por maltrato animal desincentiva la participación ciudadana para visibilizar el problema.
La activista dijo que existen casos en que el proceso para sancionar a los agresores o resguardar a los ejemplares que son víctimas de agresiones, resulta muy tardado o representa riesgos para quienes denuncian.
“Por ejemplo, mi vecino es una persona que maltrata a su animalito y lo golpea y yo escucho y visualizo ese tema. Al momento de levantar una denuncia, lo que se me pide es que, yo como vecina, ratifique esa denuncia. ¿Cómo voy a notificarla cuando soy vecina de la persona? O sea, me están pidiendo una confrontación directa. Mucha gente se echa para atrás, a mí no me gusta que esté pegándole al perro, pero, mis vecinos, son esto y lo otro. Yo no me voy a exponer ¿Quién me va a proteger a mí?”, señaló.
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Esto lo dijo consultada sobre el caso de una perrita que fue arrojada por menores de edad a un pozo en la colonia Brisas del Campestre. Al respecto, comentó que el maltrato animal es resultado de la descomposición social.
“Lo que sí puedo decir es que esto está generalizado. El tema del maltrato animal es un tema ya generalizado y refleja cómo estamos como sociedad, o sea refleja que lo preocupante es que ya no son solo adultos los que hacen esto, sino jóvenes y niños y se han dado muchos casos aquí en León, en otras ciudades del país”, indicó.
De acuerdo con autoridades municipales ya existe una denuncia por el caso que fue evidenciado en redes sociales la tarde del pasado lunes.
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