El presidente de la Cámara de la Industria de la Curtiduría (Cicur), Ricardo Muñoz Arrona, reconoció que existe descontento entre algunos agremiados por las verificaciones de las descargas de aguas residuales que gradualmente realiza SAPAL.
En entrevista, indicó que la cámara agrupa a cerca de 250 curtidoras, aunque no todas han sido visitadas por la paramunicipal para medir la cantidad de descargas que vierten al drenaje, sino que va por zonas en función del personal con el que cuenta.
Esto ha provocado que algunos empresarios muestren inconformidad por estar siendo vigilados, mientras otros todavía no son verificados.
“Sí hay descontento, pero yo pienso que es normal porque a algunos ya los están vigilando y a los otros no, entonces hay quejas, pero ya están avanzando con los que no habían checado, ya los están visitando”, dijo.
Sin embargo, Ricardo Muñoz subrayó que este proceso de verificación de SAPAL es necesario para validar que todos, tanto agremiados como no agremiados, cumplan con la normativa ambiental y de descargas para que no se vea afectado el proceso del tratamiento del agua.
Además, consideró que una medida que podría ayudar a la industria curtidora a cumplir con los requisitos de descargas es que SAPAL otorgue más tiempo para ello, aunque también reconoció que hay una resistencia cultural por parte de algunos empresarios.
“SAPAL está dando toda la asesoría para hacerlo y cumplir, la cuestión de la conciencia y la cultura es un impedimento; tal vez SAPAL pudiera apoyarlos dando más tiempo para hacerlo, eso tal vez detonaría un poco más”, dijo.