La comunidad internacional mostró claro repudio a las amenazas y pretensiones de Corea del Norte por mejorar y producir armamento nuclear durante el actual mandato de Kim Jong-un.
Las amenazas contra Corea del Sur y Estados Unidos se encuentran en sus niveles más altos desde que Kim tomó el poder a principios de 2012, tras la muerte de su padre Kim Jong-il en diciembre de 2011.
Con la transición del poder nadie esperaba grandes cambios, pero se pensaba que podían mejorar las relaciones con su vecina del sur.
Las relaciones de ambas coreas han tenido altibajos desde entonces, pero Pyongyang sorprendió a principios de 2016 con su mensaje de Año Nuevo, donde instó a mejorar las relaciones con Seúl, a fin de abrir una nueva era para la reunificación de le dividida península.
La nueva postura de Kim desconcertó, pues habitualmente sus mensajes son de naturaleza bélica hacia Corea del Sur.
Una semana después, la realidad volvió a su camino, ya que Corea del Norte anunció el seis de enero que había realizado con éxito su primera prueba subterránea de una bomba de hidrógeno.
El ensayo generó protesta global y temores de que el país, con pocos aliados, hubiera adquirido capacidad nuclear más avanzada de la que se conocía.
Un mes más tarde, la comunidad internacional condenó y pidió sanciones contra Corea del Norte por el lanzamiento de un cohete de largo alcance que Pyongyang asegura puso en órbita un satélite, pero que numerosos países consideran un ensayo encubierto de un misil balístico de largo alcance.
La semana pasada el Consejo de Seguridad de la ONU emitió nuevas sanciones contra Corea del Norte, entre las que destacan la prohibición de exportaciones de carbón, hierro y mineral de hierro, oro, titanio, vanadio y minerales de tierras raras, reduciendo aún más los pocos ingresos del país.
A su vez, la venta de combustibles de aviación, nafta y queroseno, con excepción de las aeronaves civiles de pasajeros fuera de Corea de Norte y en cantidades limitadas a las necesarias para el vuelo en cuestión.
También se incluye la inspección de todos los cargamentos aéreos, marítimos o terrestres que salgan o estén en ruta a ese país para verificar que no haya materiales que puedan utilizarse para su programa balístico.
A esto se sumó que Corea del Sur y Estados Unidos comenzaron este lunes su mayor ejercicio militar conjunto, en combate a las provocaciones de Corea del Norte.
Se trata de los ejercicios Key Resolve y Foal Eagle, que comenzaron este lunes y finalizarán el 30 de abril.
Son los mayores desde que Corea del Norte hundió la corbeta surcoreana Cheonan en 2010, que provocó el comienzo de estas maniobras anuales conjuntas, recordó la agencia de noticias Yohnap.
En las maniobras participarán más de 300 mil soldados surcoreanos y 15 mil estadunidenses.
Key Resolve incluye el plan operacional OPLAN 5015, cuyo objetivo es eliminar las armas de destrucción masiva del Norte y preparar a las tropas aliadas en caso de un ataque norcoreano.
En tanto, el ejercicio Ssangyong, que se realiza desde este lunes al 18 marzo, es el mayor hasta la fecha con la participación de más de cinco mil soldados surcoreanos, siete mil estadunidenses y cinco buques militares.