Destacada como una tradición de arraigo a través de generaciones, la comunidad de Chalco, en el municipio potosino de Axtla de Terrazas, realizó su ceremonia de cambio de fiscal, donde fueron elegidos los nuevos custodios del cementerio local.
En la Huasteca potosina, en un ambiente alegre, con danzas, aguardiente, patlache (tamal grande) y fuegos artificiales, cuatro hombres provenientes de diferentes barrios de la zona fueron elegidos para encargarse y velar por las almas que ahí descansan.
En punto de las 23:00 horas, en un espacio donde luce como fondo la iluminación de las velas que reposaban sobre las tumbas, cientos de personas entre pobladores locales y turistas, fueron testigos de este acto, en donde los antiguos “fiscales”, como se les conoce a los cuidadores, entregaron la vara de mando a su sucesor.
Junto a un trago de aguardiente, dicho instrumento que mide 1.20 metros, medida de referencia en la que serán sepultados los cuerpos, fue el símbolo que concretó este acto que durará un año, pasado este periodo, la comunidad deberá de elegir a un nuevo “fiscal”.
En este marco, la importancia que esta ceremonia de origen prehispánico tiene para la comunidad, fue explicada por Felipe, el ex “fiscal” que este año cedió su lugar a su compadre.
Comentó que “para nuestra comunidad esto es muy importante porque es una tradición que viene de generaciones y para quienes somos fiscales es un honor ser elegidos”.
Detalló que la comitiva que se encargará de resguardar el lugar es elegida en una asamblea donde el pueblo vota para nombrar a sus integrantes.
Sobre las comitivas, cuatro en total, dijo que cada una representará a igual número de barrios de la comunidad, y estará conformado por cinco personas.
Explicó que el primer fiscal será quien se encargue de cuidar el cementerio y sepultar a los fallecidos; el segundo le ayudará en las tareas y tomará el mando en caso de que el primero falte, mientras que las otras tres personas ayudarán en lo que se requiera.
“Al principio cuando somos elegidos para la comisión nosotros no queremos porque un año tenemos que estar aquí y no podemos trabajar en otro lado, pero conforme pasa el tiempo uno se da cuenta cómo se van haciendo las cosas”, dijo Fidel.
Una vez concluida la ceremonia de cambio de fiscal, la celebración continúo con la presentación de un grupo de danza de la región, mismo que cobijado por el dulce sonido de la flauta de bambú, bailó para celebrar a los nuevos fiscales.
El momento cumbre de la presentación se realizó cuando los niños y jóvenes del grupo de baile, se acercaron hasta donde se encontraba bailando uno de los nuevos fiscales, al cual a través de la danza “el tigrillo” le brindaron una limpia.
Santos, el danzante indígena que encabezó el cortejo, explicó que los bailes tradicionales siempre han acompañado el ritual, ya que cada año para que los nuevos fiscales tengan suerte en su labor, estos deben de traer a un grupo de danza para amenizar el evento.
“Nosotros tenemos que echarles la mano para el cambio, porque si ellos no ponen ningún danzante ellos no pueden cambiar, ellos tiene que poner un par de danzas. Cada año tiene que ser así”, refirió.
Añadió que “esta tradición del Xantolo es de nuestros tatarabuelos y nosotros como ancianos tenemos que enseñarles a los jóvenes y a los niños a mantener nuestros bailes; por ejemplo mi abuelo que está tocando la flauta ya le enseñó a un joven a tocarla, así cuando él falte, ya habrá quien ocupe su lugar”, apuntó.
Orgulloso de su cultura, Santos no dejó de resaltar en ningún momento lo importante que es mantener sus tradiciones vivas para que “pasen muchos años y esto siga vivo y sea Dios el único que decida cuando se deba de terminar”.
Así, con un espectáculos de pirotecnia finalizó la celebración del cambio de fiscal en la comunidad de la Huasteca potosina, que, sin embargo continuará con la velación de sus muertos hasta altas horas de la madrugada, en donde en ningún momento los participantes dejaron de sonreír y de convivir en familia.
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