El número de ciudadanos afganos desplazados o refugiados superará el millón este año, advirtió hoy aquí el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
“Estoy profundamente preocupado con los números récord de muertes de civiles y el creciente número de personas forzadas a abandonar sus hogares”, dijo durante una conferencia internacional sobre Afganistán, ante delegados de 75 países y 20 organizaciones no gubernamentales.
El objetivo de la cita es reunir apoyo financiero y político para reformas destinadas a estabilizar el país asiático, que necesitará la ayuda internacional “durante muchos años aún”, según el secretario general de la ONU.
Ban señaló que la violencia “continúa a hacer daños devastadores y sigue siendo el principal obstáculo para el futuro próspero que merecen los afganos”.
Por ello, urgió a la comunidad internacional a seguir apoyando el proceso de paz en Afganistán, que implica reformas para mejorar la transparencia y reforzar la estructura de los organismos públicos.
Al gobierno de Kabul, el líder de la ONU pidió “más espacio” para las mujeres afganas en la vida política y en la construcción de la paz.
El presidente afgano, Ashraf Gani, calificó la pobreza y el terrorismo como los “mayores desafíos” que enfrenta su país.
El canciller afgano, Salahuddin Rabbani, afirmó que el gobierno está dispuesto a firmar acuerdos de paz con todos los grupos armados de oposición que decidan abandonar la violencia y respetar la Constitución.
Rabbani citó como modelo un acuerdo firmado el sábado pasado entre Kabul y el Partido Islámico de Afganistán (Hezb-e-Islami), cuyo brazo armado ha sido liderado por Gulbuddin Kekmatyar, conocido como el “carnicero de Kabul”.
“Estamos dispuestos a firmar ese tipo de acuerdos (de paz) con otros grupos armados de la oposición que respeten los derechos de nuestros ciudadanos, en particular de las mujeres, y estén preparados para abandonar la violencia, romper los lazos con el terrorismo internacional y respetar nuestra Constitución”, afirmó el canciller.
También el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, consideró el pacto como un modelo para el futuro de los grupos armados afganos, en particular el Talibán.
“El mensaje para los talibanes debería ser: tomen nota. Hay un camino hacia un fin honroso del conflicto que los talibanes han librado, un conflicto que no puede ganarse en el campo de batalla”, dijo en esta capital.
El jefe de la diplomacia estadunidense sostuvo que la negociación entre gobierno y grupos armados “es la única manera de poner fin a los combates, garantizar una estabilidad duradera y lograr una disminución total de las fuerzas militares internacionales” en Afganistán.
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