Las expectativas para los Juegos de Tokio han cambiado para la nadadora guanajuatense, pues ahora tendrá más tiempo para mejorar su estado físico.
La contingencia mundial por el coronavirus ha traído grandes cambios en los deportistas de alto rendimiento generando consecuencias negativas.
Sin embargo, el caso de Liliana Ibáñez, nadadora guanajuatense, es la excepción; y es que el parón de actividades, además del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio al 2021, han mejorado sus expectativas para este mismo compromiso.
En marzo de 2019, Liliana fue intervenida del hombro izquierdo debido a un desgarre grado II de Labrum, lo que le impidió participar en los Juegos Panamericanos de Lima y modificar la estrategia de preparación para los Olímpicos, algo que se ha visto afectado de nueva cuenta, pero ahora con factores positivos, pues la recalendarización de esta máxima justa, también permite tener más tiempo para recuperarse y prepararse mejor.
En plática virtual con los medios de comunicación a través de Code Guanajuato, Ibáñez detalló que en este mes de mayo e inicios de junio 2020 buscaría dar la marca de clasificación en el Mare Nostrum de Mónaco, mismo que fue postergado para un año más tarde. Sin embargo, hoy tiene la oportunidad de dar el tiempo en competencias que se llevarán a cabo en el mes de noviembre y diciembre sin necesidad de esperar dicho evento.
El plan de trabajo de la celayense consistía en dar esa marca lo más cercano a las Olimpiadas para no reiniciar los ciclos de entrenamiento y llegar con un ritmo competitivo. No obstante, todo será distinto, pues estima que a final de año cumpla los 24:77 en los 50 metros y los 54:38 en los 100 metros. Sus mejores marcas en ello son de 25:15 y 55:39 respectivamente.
Por otra parte, Liliana sorpresivamente dejó en claro que “mi hombro está al 100% recuperado, pero necesito terapia en todo momento, eso lo tengo claro. Mi cuerpo está en condiciones para llegar a Tokio, pero si hubieran sido en 2020 el tiempo estaba muy corto para pelear una medalla, ahora con el año extra volvemos al plano original de buscar una final y ver qué pasa ahí”.
Finalmente, sus entrenamientos se basan en tener dos horas al día de entrenamiento en alberca, tres más de gimnasio a la semana, dos de cardio en bicicleta a la semana y todos los días entrenamientos para llegar al último par de meses del año a competir. Eso sí, con un esfuerzo mayor hasta en la administración de los recursos, pues tiene que rentar una alberca con costo por semana de mil pesos.
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