Unos 65 millones de años después de que un gigantesco meteoro impactará en Yucatán, un grupo de científicos de varios países, entre éstos especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México busca entender como la vida emergió de nuevo en el sitio de la hecatombe.
El meteoro, que se calcula tenía un diámetro de aproximadamente 10 kilómetros, impactó al planeta en esta región, hecho el cual se presume estaría ligado a la extinción masiva de los dinosaurios y de buena parte de las formas de vida que existían en ese entonces.
Aunque aún no se ha establecido oficialmente que el impacto haya acabado con los dinosaurios, la realidad es que por lo menos en el sitio donde cayó el bólido, desapareció toda forma de vida como señaló el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro.
“Aún estaría por probarse si ese evento acabó con los grandes dinosaurios en todo el planeta, pero de lo que no cabe duda es que sí acabó con toda forma de vida orgánica en la zona del impacto, por lo que el entender y documentar como volvió a emerger la vida es un hecho inédito en la historia científica del mundo”, explicó.
Para realizar el estudio, se estableció una plataforma a unos 25 kilómetros mar adentro desde la cual se realizará una perforación de aproximadamente mil 500 metros de profundidad.
La perforación inició en los primeros días de este mes y durará cerca de 65 días para alcanzar la profundidad antes mencionada y en los trabajos participan unos 30 científicos, de los cuales tres son mexicanos y el resto de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Japón y Alemania, entre otros países.
Los especialistas operan bajo el nombre “Misión 364” y buscan dar seguimiento a los estudios del impacto del meteorito ligado a la extinción masiva de finales del Cretácico, que incluye la desaparición de los dinosaurios y cómo emergió de nuevo la vida, según lo dio a conocer la máxima casa de estudios del país.
En estas labores participa el buque de exploración oceanográfica “Justo Sierra” de la Universidad Nacional, también destinada a la exploración de la oquedad originada por la onda expansiva del bólido.
La embarcación arribó a aguas yucatecas el pasado jueves 21, y mapean el fondo marino, específicamente en la plataforma carbonatada del Cráter de Chicxulub.
Sobre este punto, Batllori Sampedro indicó que una de las novedades de esta investigación es precisamente que se podría comprobar cómo se fueron recuperando las condiciones atmosféricas tras el impacto, las cuales cambiaron radicalmente.
“Se podría documentar cómo se recuperaron primero los gases como el amoniaco, el metano, hasta llegar al hidrógeno y el oxígeno que son los elementos básicos del agua y como del agua empezaron a emerger nuevas formas de vida”, explicó el también especialista en medio ambiente.
Por esa razón, continuó, la expedición científica no solo es importante para la entidad, sino para todo el mundo, pues los resultados podrían revolucionar el conocimiento sobre lo que ha pasado en el planeta desde antes y después de esa hecatombe.
“Este es sin duda uno de los proyectos científicos más importantes de los últimos años y sus resultados podrían aportar nueva información e incluso revolucionar mucho del conocimiento que se tiene sobre nuestro planeta”, reiteró.
Apenas hace unos días, el especialista del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jaime Urrutia Fucugauchi, dio a conocer que ya lograron perforar los primeros 500 metros de los mil 500 que abarca el proyecto.
El investigador también puntualizó que los especialistas persiguen otros objetivos con este importante proyecto, entre ellos entender cómo se forma la estructura de montes anular, conocida como el “anillo de picos”.
También precisó que el proyecto forma parte de las colaboraciones del International Ocean Discovery Program, que financia la misión a través del consorcio europeo ECORD.