Manglares de diferentes tipos y su biodiversidad, es lo que pueden admirar los turistas en el Estero El Salado, su director, Jaime Torres, asegura que es la única área urbana natural protegida en Latinoamérica.
Se localiza en el municipio de Puerto Vallarta, Jalisco, y se le considera un Estero Urbano, debido a que se encuentra rodeado por la mancha urbana de dicho puerto.
El lugar comprende 169 hectáreas, de ellas, 135 corresponden a vegetación de manglar y el resto es vegetación acuática, subacuática, bosque espinoso y vegetación secundaria.
Cada año, unas 30 mil personas acuden a ese sitio, generalmente los turistas nacionales lo visitan en temporadas altas, como en verano, mientras que en invierno lo hacen más a menudo los extranjeros.
En este ecosistema habitan 883 especies, de las cuales ya han sido identificadas 150, y aves, así como organismos de tierra y de mar.
“Tenemos 15 años trabajando a favor de la protección y la conservación, mucha gente está a favor y otra en contra, de que se hagan las visitas, pero considero que si la gente no conoce lo que tenemos aquí nunca lo va a cuidar”, declaró Torres, en entrevista con Notimex.
“La gente pasa todos los días a sus trabajos por enfrente y no se imagina la cantidad de organismos que hay aquí dentro, ellos ven un montón de hierbas y plantas, pero una vez que entran con un guía que les da toda la información, se dan cuenta de que tenemos una gran variedad de especies”, añadió.
Durante el recorrido del lugar, se explica que los extranjeros de Estados Unidos, Canadá, ni Alaska tienen alguna especie de manglar, sin embargo, México tiene cinco, de los cuales el Estero El Salado cuenta con los tres más representativos.
Estos son: el rojo (rhizophora mangle), el blanco (Laguncularia racemosa) y el negro (Avicennia germinans), los cuales tienen ciertas diferencias entre sí.
Se explicó que el mangle rojo es la especie de más amplia distribución y se encuentra en los bordes de los canales, su característica más llamativa es su complejo sistemático de raíces aéreas, las cuales proveen de sostén al árbol, además de llevar a cabo funciones vitales de nutrición y aireación.
El mangle blanco se encuentra en terrenos más elevados, es la especie que sigue en secuencia al mangle rojo, desde la costa hacia la tierra; es menos tolerante a la sal que el rojo y alcanza hasta 20 metros de alto, aunque generalmente ocurre como un árbol de mediana altura, de entre cuatro a seis metros de alto; su tronco tiene una corteza fisurada característica y sus flores son pequeñas y numerosas.
Mientras que el mangle negro crece hasta 16 metros de altura en regiones tropicales y subtropicales, en un terreno de arenas, barro de playas y costas. Cuentan con “neumáforos”, los cuales permiten que las raíces sumergidas respiren. Es una robusta especie que expele la sal absorbida, principalmente a través de sus hojas coriáceas.
Torres aclaró que una de las características de los manglares es que sus raíces crean nuevos organismos cuando van creciendo, una nueva planta, por eso se le podrían llamar “árboles que caminan”, van generando nuevos ejemplares.
Los manglares “son la protección contra inundaciones, pues son esponjas que están en el subsuelo, cuando llega el golpe de agua o una tormenta, en lugar de que esa agua se vaya y se pierda en el mar, es retenida por los manglares y liberada poco a poco a los mantos acuáticos, y después la aprovechamos nosotros”, subrayó.
Dijo que en este lugar, en el que trabajan 10 personas, cuando sube la marea es mejor para el público, porque se puede ver el paisaje más agradable, aunque no se observan organismos como los cocodrilos.
“Todos los manglares son diferentes, a pesar de que provienen genéticamente de la misma, digamos madre y familia, los de Chiapas son árboles de más de 40 metros, en los que las raíces están más grandes que los manglares de nosotros, pero se debe a la cantidad de agua que tienen ellos, todo el año tienen agua dulce de las montañas”, explicó.
“Si nos vamos a Sinaloa o Sonora, los manglares son más pequeños, no exceden el metro, pero son muy importantes ecológicamente, porque avientan materia orgánica como flores, flores y frutos”, indicó.
De igual manera comentó que algunas pesquerías dependen, en cierta parte de este tipo de ecosistemas, pues aquí viven camarones, peces róbalo y huachinango.
“Los manglares son como los riñones de la tierra, porque limpia todos los contaminantes que pudieran venir de los organismos, concluyó, e indicó que los ecosistemas de arrecifes también dependen de los manglares.
Finalmente, informó que se han identificado a más de 29 anfibios y reptiles como la iguana verde, el cocodrilo de río, así como 10 especies de mamíferos, como el mapache y la zarigüeya, una gran variedad de invertebrados y peces.