El terno yucateco, prenda típica y representativa de la cultura mestiza de esta entidad, tiene sus orígenes en las fiestas que se hacían en las grandes haciendas ganaderas en el siglo XVIII.
Así lo expuso para Notimex el investigador mayista Freddy Poot Sosa, quien indicó que los primeros en utilizar esta prenda fueron los criollos, quienes la convirtieron en la prenda de uso tradicional durante el proceso de mestizaje.
“Lo que se expone con frecuencia es que la costumbre de usar el terno se remonta a los días en los que la ganadería predominaba como actividad económica principal, en esos tiempos solía hacerse una fiesta para rendir honor a los dueños de las haciendas, su duración era de tres o cuatro días”, precisó.
Posteriormente, durante la época de oro del henequén a finales del siglo XIX y principios del XX, la indumentaria cobró mayor fuerza durante la celebración al santo patrono de cada comunidad yucateca.
Tradicionalmente, el terno era utilizado en las fiestas de la Vaquería originarias de la época de la colonia donde se marcaba el ganado, así como en bodas y cumpleaños.
De acuerdo a la página de Internet del gobierno de Mérida, el traje típico de esta entidad está conformado por tres piezas, de ahí el nombre de terno.
La primera de ellas es el “jubón”, una solapa cuadrada de 20 centímetros de ancho que va articulada al cuello del hipil (blusa) que llega hasta las rodillas, este es considerado la segunda parte del terno.
A su vez, la tercera prenda es el “fustán”, un medio fondo que se sujeta a la cintura con un ceñidor de la misma tela y que se coloca debajo del hipil.
Cada una de estas prendas lleva un ruedo bordado en punto de cruz, una técnica que requiere de habilidad, creatividad y paciencia, ya que la elaboración de este vestuario puede llevar hasta seis meses.
“El bordado yucateco data de la época prehispánica, pues incluso en el cenote de Chichén Itzá se han encontrado vestigios de prendas con el bordado maya “chuy cab” (“punto de satín” en español). La tradición del bordado se transmite, por lo general, en el seno familiar” se lee en el portal.
En la página de Internet antes citada, se menciona también que en el capítulo XXXI del libro ‘Relación de las cosas de Yucatán’, escrito por Fray Diego de Landa, se puede leer un apartado que habla sobre los vestidos y adornos de las indígenas de Yucatán, testimonio que puede considerarse como un referente del terno actual.
“Las indias de la cosa –dice Landa- y de las provincias de Bacalar y Campeche son muy honestas en su traje, porque allende de la cobertura traían de la mitad para bajo (fustán) se cubrían los pechos.
Con una manta cuadrada (jubón); todas las demás no traían de vestidura más que un como saco largo y ancho, abierto por ambas partes y metidas en él hasta los cuadriles (hipil)”, describe el texto del gobierno del estado.
No obstante, el rebozo tan popular en las mujeres mexicanas, también forma parte de esta vestimenta, al igual que unas zapatillas cerradas de tacón que necesariamente tienen que ser de color blanco para combinar con la tela del terno. Estos zapatos pueden ser de diversos materiales como de piel y charol.
Finalmente, las mujeres yucatecas complementan su atuendo con un peinado que lleva el cabello recogido hacia atrás para formar un chongo que decoran con una cinta y flores naturales.
Como se mencionó, su uso ha logrado permanecer como una de las tradiciones más arraigadas y más vivas del estado junto con la Vaquería y el conjunto de bailes de la región, en los que los mestizos realizan diversas suertes al ritmo de jarana.
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