La línea estadunidense de cruceros Carnival Corporation anunció hoy que recibió autorización del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para comenzar viajes a Cuba.
Destacó que será la primera compañía estadunidense en ofrecer viajes a Cuba desde 1960, cuando fue impuesto el embargo comercial de Estados Unidos contra la isla caribeña.
La empresa señaló que planea llevar viajeros a Cuba a partir de mayo de 2016 a través de “fathom”, la nueva marca de viajes que busca realizar navegaciones con el propósito de intercambios culturales y de impacto social.
Agregó que aún está en conversaciones y detalla planes para trabajar con las autoridades competentes de Cuba con la intención de garantizar también su aprobación.
La empresa busca embarcar cada semana viajes de siete días desde el Puerto de Miami a Cuba a un costo de unos dos mil 990 dólares por persona con una embarcación Adonia, con capacidad para 710 pasajeros.
El barco es pequeño si se toma en cuenta que la mayoría de su flota tiene una capacidad para tres mil personas.
“Este es un primer paso clave para poder trasladar a los viajeros a Cuba bajo los 12 criterios existentes para el viaje autorizado por Estados Unidos. Esperamos trabajar con las autoridades cubanas para su aprobación”, dijo el presidente y CEO de Carnival, Arnold Donald.
Para los estadunidenses está prohibido vacacionar en Cuba debido al embargo económico, y sus viajes deben ser parte de un grupo humanitario o cultural, pero con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales se espera que los visitantes enfrenten menos obstáculos.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos otorgó permisos a otras embarcaciones de pasajeros.
En la actualidad otras compañías de cruceros viajan a Cuba. Hace dos años la canadiense Cuba Cruise, en sociedad con la griega Celestyal Cruises, inició viajes de crucero de Jamaica a Cuba, con paradas en seis puertos, incluyendo La Habana y Santiago de Cuba a un precio de 850 dólares.
Mientras que Cuba tiene en el turismo una de sus principales industrias, se estima que 1.5 millones de estadunidenses viajarían a la isla caribeña si se eliminan todas las restricciones.