La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo hoy que no le gustó que su colega de Brasil, Dilma Rousseff, haya sido removida del poder, pero reconoció que es una prerrogativa de la legislación brasileña.
“En términos legales no puedo decir nada, pero no me gustó lo que pasó. Es todo lo que voy a decir”, dijo al hablar en inglés en la conferencia “Liderazgo de la Mujer y Servicio Público”, organizada por el Centro Woodrow Wilson de Washington.
Bachelet, quien dedicó su alocución a hacer una apasionada defensa de la equidad de género, señaló que considera a Rousseff su amiga y que se comunicará con ella uno de estos días.
El breve intercambio sobre el proceso de destitución de Rousseff coronó una amplia alocución de la mandataria chilena sobre la participación positiva de las mujeres en la política, así como en el mundo laboral.
“Es imposible hablar de sociedades auténticamente democráticas si no tenemos una más alta representación de mujeres en puestos altos, tanto en el sector público y privado. Tenemos mucho camino que recorrer”, dijo en un correcto inglés, producto de su residencia en Washington siendo adolescente.
Bachelet sostuvo que la evidencia es abrumadora de que terminar con la inequidad de género es un asunto de justicia y una oportunidad para el desarrollo. “Es lo correcto y es inteligente”, acotó.
En el caso de la política, la presidenta dejó en claro que la perspectiva de la mujer puede ayudar a redefinir las prioridades políticas.
“Cuando una mujer entra a la política, la mujer cambia, pero cuando muchas mujeres entren a la política, la política cambia”, dijo parafraseando un dicho francés.
Bachelet participará esta noche en la inauguración del Mural sobre Orlando Letelier, pintado por su hijo Francisco Letelier, al cumplirse el 40 aniversario esta semana del asesinato del diplomático chileno, ocurrido en la Glorieta Sheridan de Washington.
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