La Organización Mundial de la Salud (OMS) declarará hoy a Liberia libre del virus del Ébola, sumándola a Guinea y Sierra Leona, pero con la mantención del riesgo de que surja un rebrote.
Para la directora de la OMS, Margaret Chan, los tres próximos meses son “los más críticos”, pues los equipos médicos extranjeros saldrán de África Occidental, dejando la responsabilidad del manejo de la enfermedad a los ministerios de salud de esos países.
Por su parte expertos advirtieron que a pesar de que el mundo está mejor preparado para enfrentar un rebrote del ébola, gracias a la investigación sobre la vacuna y los tratamientos, el mal sigue representando una amenaza.
“El trabajo aún no ha acabado, se espera que haya nuevos rebrotes y por ello es crítico mantener sistemas de vigilancia y respuesta fuertes en los próximos meses”, señaló la OMS en un comunicado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en una sesión especial de la Asamblea General del organismo declaró que el final de la epidemia “evidencia lo que podemos conseguir con un enfoque multifacético”,
“Sierra Leone declaró el final de la transmisión de Ébola el siete de noviembre pasado, Guinea marcó ese punto el 29 de diciembre, ahora estos países se encuentran en un modo de alta alerta de 90 días”, recordó.
La OMS informó que ya han pasado 42 días (el doble del período de incubación de la enfermedad) desde que el último infectado por ébola en Liberia dio negativo por segunda vez en los análisis del virus en sangre.
Esto significa que el país está, por fin, libre del padecimiento, lo que a su vez supone que la epidemia ha quedado extinguida, pues los otros dos países afectados interrumpieron la transmisión del virus el pasado siete de noviembre (Sierra Leona) y el 29 de diciembre (Guinea).
En febrero de 2014 la fiebre del Ébola se desató en tres países de África Occidental; según la OMS, 28 mil 637 personas fueron contagiadas (siete fuera de África) y 11 mil 315 fallecieron a raíz del virus.
En Sierra Leona se detectaron 14 mil 122 casos (con tres mil 955 muertes), en Liberia 10 mil 675 contagios (cuatro mil 809 fallecimientos) y en Guinea, tres mil 804 casos (dos mil 536 víctimas mortales).
El seis de diciembre de 2013, un niño de unos dos años murió en Guéckédou, una ciudad en el sudeste de Guinea, además de que infectó a su madre, su hermana y su abuela.
Sin saberlo, el infante se convirtió en el primer caso de esta epidemia, la más severa de la historia.
La epidemia, muy mal tratada en los primeros meses, deja tras de sí en los países afectados sistemas sanitarios debilitados, que sufren una pérdida de confianza por parte de la población y que están obligados a mantener activa la alerta.