El “número dos” del Vaticano, Pietro Parolin, recordó que la posición histórica del Vaticano es contra el embargo que sufre Cuba desde hace décadas, y que espera una pronta revocatoria de parte de Estados Unidos.
Pocas horas antes del comienzo de la visita apostólica del Papa Francisco a territorios cubano y estadunidense, este sábado 19 de septiembre, el secretario de Estado analizó algunas implicaciones diplomáticas de esa gira.
“Es muy conocida la posición de la Santa Sede sobre este tema del embargo, que es una posición contraria. Más allá de aquellas cosas que pueden ser las motivaciones, existe un dato objetivo y es que el embargo, este tipo de sanciones, provoca malestares y sufrimientos en las poblaciones que los sufren”, dijo.
Precisó que desde ese punto de vista la sede de la Iglesia católica afronta la cuestión y que, a nivel de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en las asambleas generales, ha apoyado siempre las mociones que piden una revocatoria al embargo a Cuba.
“Por lo tanto, sería esperable y deseable que una medida como la liberación de los vínculos y ligas, sobre todo a nivel económico, pueda llevar a una mayor apertura desde el punto de vista de la libertad y de los derechos humanos, un florecer de estos aspectos fundamentales para la vida de las personas y de los pueblos”, añadió.
Asimismo estableció que en Estados Unidos uno de los temas más importantes que tocará el pontífice es aquel de la inmigración, que es una de sus preocupaciones constantes y sobre la cual pronuncia discursos casi cotidianos.
Estableció que en su viaje encontrará a un país que tiene una larga historia de inmigración y al mismo tiempo una larga historia de apertura, de acogida y de integración de las varias olas de inmigrantes que llegaron.
“Espero de verdad que este encuentro de parte del Papa, que lleva en el corazón este problema, y un país que ha conocido este fenómeno en la historia pueda ofrecer también indicaciones para la solución de los problemas que actualmente se presentan desde este punto de vista”, ponderó.
Apuntó que un gesto pastoral ligado a este asunto es la declaración como santo del fraile español Junípero Serra, misionero en México, “padre de California” y patrono de las poblaciones hispanas de los Estados Unidos.
Sostuvo que esta ceremonia, que tendrá lugar en Washington el 23 de septiembre, será un llamado a reconocer que el componente hispano se vuelve cada vez más importante y relevante y que tiene una notable contribución que ofrecer a la Iglesia de los Estados Unidos.