Tras ganar a Beijing un fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, Filipinas está dispuesto a dialogar con su vecino, pero sin renunciar a sus reclamos en el Mar del Sur de China, dijo el embajador de Manila aquí, Eduardo José A. De Vega.
“Estamos extendiendo una mano de amistad a China y esperamos que la acepte”, dijo a Notimex el diplomático en torno a las consecuencias del veredicto adoptado en julio último por un panel de cinco expertos y que benefició a su país, un Estado aliado de Estados Unidos.
El tribunal internacional decidió que “no hay base legal” en los derechos históricos alegados por China para reclamar posesión “dentro de las áreas marinas que entran en la ´línea de nueve puntos´” (Mar del Sur de China).
“Filipinas ha logrado una importante victoria, pero a pesar de nuestra victoria no es el interés de Filipinas minimizar a China; reconocemos que China es un país muy grande que va a desempeñar un papel muy importante a nivel global”, acotó el representante filipino.
El gigante asiático nunca aceptó la jurisdicción de la Corte ni tampoco el fallo emitido por el tribunal, constituido a partir de una denuncia de Filipinas presentada en 2013 luego que China tomara el control del arrecife Scarborough.
“Debemos estar claros en que la decisión no suponía ser la solución definitiva para el conflicto”, admitió De Vega en referencia a que se carece de mecanismos para hacerlo cumplir.
Los expertos en su fallo decidieron que tanto Filipinas como China poseen derechos para pescar en Scarborough –llamado Bajo de Masinloc por Manila- y acusaron al gobierno chino de restringir el acceso a los pescadores filipinos.
“Lo que queríamos no era que la Corte decidiera quién es el titular, el soberano legal de la islas, sino que nos guiara sobre los derechos marítimos basados en la Convención de Derecho del Mar”, apuntó.
Expuso que “el arrecife de Scarborough está a menos de 200 millas de nosotros, entonces está en nuestra zona económica exclusiva”.
El Mar del Sur de China, por donde transita el 30 por ciento del comercio marítimo internacional, es disputado por Beijing, Vietnam, Brunei, Taiwán, Malasia y Filipinas.
La zona, de dos millones de kilómetros cuadrados –con un 90 por ciento reclamado por China-, es rica en recursos naturales –con grandes bancos de pesca- y energéticos (sobre todo gas y petróleo).
En un gesto de amistad, el recién estrenado presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, nombró por primera vez a un enviado especial a China para abordar la disputa marítima, el exmandatario Fidel Ramos (1992-1998).
“El (ex) presidente Ramos es muy bien reconocido en China; es amigo de China y podrá llevar un mensaje a China de que queremos una solución pacífica a esta disputa”, manifestó De Vega.
“Para que esto funcione con China (el diálogo) es importante proceder basados en una buena relación, como buenos vecinos, y tengo confianza en que se encontrará una solución para traer la paz y estabilidad regional”, expuso.
Ratificó que a pesar de lo que diga China, “pensamos que se puede resolver todo esto”.
Ni China ni Filipinas deberían interponer condiciones al diálogo, pero ya que Beijing insistirá en la delimitación de la “línea de nueve puntos”, tampoco puede esperar que Filipinas “renuncie a sus derechos soberanos en nuestra zona económica exclusiva”, destacó.
Para Filipinas, con bases militares estadunidenses hasta 1992, está claro que si quiere llegar a un arreglo fronterizo con China, no debe pensar en que el fallo de la Corte es punto de partida, debido a la posición china de desconocer al tribunal y su fallo.
“Entonces debemos ser realistas, entender que si vamos a negociar con China e insistimos en el fallo como el punto de partida, no vamos a tener mucho éxito”, expresó De Vega.
Dijo que China reconoce el derecho internacional al ser parte del Acuerdo de Naciones Unidas Sobre Derechos del Mar y es firmante de un acuerdo con la Asociación de Países del Sudeste Asiático (al cual pertenecen los países reclamantes) de resolver cualquier disputa en forma pacífica.
Aunque admitió que otros países como Estados Unidos podrían tener interés en la zona, con el reclamo contra China “estamos actuando antes que por otra cosa por nuestros propios intereses nacionales”.
“Escucharemos a China lo que tenga que decir pero también queremos que China nos escuche a nosotros; pensamos que estas negociaciones contribuirán a la paz y estabilidad regional”, dijo De Vega en referencia a las históricas relaciones con su vecino marítimo.
Discussion about this post