Mientras el secretario estadunidense de Estado, Rex Tillerson, visitó la zona desmilitarizada en la frontera altamente fortificada entre las dos Coreas, la administración del presidente Donald Trump planea mayores represalías contra Pyonyang, incluso la opción militar.
En el marco de su primera gira por Corea del Sur, Japón y China, el mismo Tillerson pidió un nuevo enfoque a los esfuerzos para desmantelar el programa nuclear del régimen del líder norcoreano Kim Jong-un, que podría incluso alcanzar la opción militar.
Hablando en Seúl en una conferencia de prensa conjunta con el canciller surcoreano, Yun Byung-se, Tillerson sostuvo que la política de “paciencia estratégica” de Washington había terminado.
Quiero ser muy claro … La política de paciencia estratégica ha terminado. Estamos explorando una nueva gama de medidas de seguridad y diplomáticas. Todas las opciones están sobre la mesa”, acotó.
Ciertamente, no queremos que las cosas lleguen a un conflicto militar … pero es evidente que si Corea del Norte lleva a cabo acciones que amenacen a las fuerzas de Corea del Sur o nuestras propias fuerzas, tendremos una respuesta apropiada en la misma proporción”.
La administración del presidente Trump, conocido por eludir temas de política exterior convencionales, busca nuevas soluciones ante la beligerancia de Pyongyang, en lugar de seguir la estrategia de las sanciones económicas del exmandatario Barack Obama.
En Tokio, Tillerson destacó ayer la necesidad de un nuevo enfoque, tras reconocer que dos décadas de esfuerzos estadunidenses para desnuclearizar a Corea del Norte habían fracasado.
Pero mientras que Tokio, aliado tradicional de Washington en Asia, puede estar abierto a una postura más fuerte, lo mismo no es cierto para Beijing y Seúl.
El próximo gobierno de Corea del Sur y la política de diálogo de China podrían ser obstáculos claves en el objetivo de Washington para buscar una postura unificada, de confrontación contra Corea del Norte.
Mientras Trump aún tiene que dar a conocer su estrategia frente a Corea del Norte, los analistas consideran que podría centrarse en sanciones secundarias, es decir, buscar sancionar a las empresas que hacen negocios con Pyongyang.
Este tipo particular de castigo es fundamentalmente de naturaleza defensiva, de acuerdo con Stephan Haggard, investigador visitante en el Instituto Peterson de Economía Internacional.
Es un esfuerzo por proteger a Estados Unidos y a sus aliados contra las capacidades de Corea del Norte, en lugar de traer de vuelta a la mesa de negociación al régimen de Pyongyang, explicó en una nota reciente.
Las sanciones secundarias probablemente figuren en las conversaciones que esta semana tendrá Tillerson con sus colegas asiáticos, señaló un alto funcionario del Departamento de Estado.
Pero eso puede ser problemático para las relaciones entre China y Estados Unidos. Beijing es un aliado tradicional de Pyongyang y varias empresas chinas compran regularmente mercancías de Corea del Norte.
Por ahora, los estrategas están de acuerdo en que el trabajo de Tillerson es preparar el terreno para las conversaciones más concretas el próximo mes cuando el presidente chino, Xi Jinping, se reúne con Donald Trump en una cumbre prevista en la Florida.
Discussion about this post