El sismo de 6.2 grados Richter que el pasado 24 de agosto causó casi 300 muertos en el centro de Italia, dejó daños por al menos cuatro mil millones de euros (4.9 mil millones de dólares), confirmó hoy el primer ministro Matteo Renzi.
En rueda de prensa en el Palacio Chigi, la sede del gobierno, el jefe de gobierno estimó que los daños provocados por el terremoto fueron “como mínimo” de esa cantidad.
La cifra fue inicialmente indicada por el responsable de Protección Civil, Fabrizio Curcio, según el cual todavía unas dos mil 500 personas residen en tiendas de campaña y pasarán por lo menos siete meses para que estén listas las casas provisionales de madera para los damnificados.
Renzi prometió que la zona afectada por el desastre natural será reconstruida “como estaba antes, incluso mejor que antes”.
Por su parte, el delegado extraordinario para la emergencia, Vasco Errani, dijo que el plan de reconstrucción deberá asegurar que con un sismo de 6 grados Richter no haya derrumbes, ni se ponga en riesgo la vida de las personas.
Informó que el decreto de ley para la reconstrucción de la zona afectada será emitido a inicios de octubre próximo y servirá para reconocer definitivamente los daños por el terremoto.
En tanto, este viernes comenzaron en la localidad de Amatrice, la más golpeada por el temblor, las operaciones de desmantelamiento de las tiendas de campaña usadas por los damnificados, que debe trasladarse a hoteles o a casas de parientes en espera de los módulos habitacionales provisionales.
Ello fue decidido en previsión de la llegada del invierno y de las lluvias otoñales.
En la zona, sin embargo, continúa temblando y, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, entre la noche del jueves y la mañana del viernes se registraron cuatro sismos, el más fuerte de los cuales tuvo una magnitud de 3.8 grados Richter.
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