Guanajuato es el cuarto estado donde la Guardia Nacional tiene mayor presencia, pero la organización Causa en Común exigió que haya criterios claros por parte de la Federación para su asignación, y alertó sobre la tendencia hacia una mayor militarización del país.
Al presentar el Informe 2021 del Observatorio de la Guardia Nacional y la Militarización en México, María Elena Morera Mitre, presidenta de Causa en Común, detalló que en Guanajuato, según información proporcionada por el gobierno federal, había 6 mil 603 elementos de dicha corporación.
Esta cifra representa un aumento del 5.5 % si se compara con los que estaban asignados en noviembre del año pasado, pero 4 % menos en relación con diciembre de 2020.
Con ello, se ubica como la cuarta entidad donde la Guardia Nacional tiene más efectivos, solo por debajo de Ciudad de México (13 mil 102), Estado de México (9 mil 927) y Jalisco (6 mil 735).
Sin embargo, Morera Mitre sostuvo que la distribución de elementos es discrecional, pues a más de dos años de su creación, se desconoce si son asignados conforme a la incidencia delictiva de una región, su población o extensión territorial, por ejemplo.
“Si el criterio fuera por violencia homicida, Guanajuato debería ser la entidad que más elementos debería tener, pero solo tiene 6 mil 603; en segundo debería estar Baja California, que es el segundo estado con más violencia homicida, y solo tiene 2 mil 199 (…) sin embargo, Ciudad de México está en el número 12 del índice de violencia homicida, pero tiene 13 mil 102 elementos”, dijo.
La presidenta de Causa en Común subrayó que la Guardia Nacional en 2019 nació con la mentira de que sería una corporación civil, y lo que inicia mal difícilmente termina bien. Hoy, añadió, es notorio que es un ente militar a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador asigna cada vez más tareas, más allá de la seguridad pública, al igual como lo hace con la Sedena y la Marina.
Apuntó que esta creciente militarización conlleva un mayor riesgo de violaciones a derechos humanos, abandono de las policías municipales, incremento de mandos militares al frente de las corporaciones locales y aumento del riesgo de corrupción por la opacidad que caracteriza a las fuerzas armadas.
Además, María Elena Morera alertó que la Guardia Nacional parece ser un pilar, no de una estrategia de seguridad pública, sino de un proyecto político.
“Se incrementa el peligro de un mayor número de violaciones a los derechos humanos. La Guardia Nacional se ve como la columna vertebral de un proyecto militarista, es decir, que se comienza a mirar como parte de un proyecto político y no como una institución del Estado mexicano y además, puede esto hacer cambiar la cultura en México por una cultura mucho más machista de lo que ya tenemos”, dijo.